Vamos a ver si empezamos a aclararnos. Ya ha pasado
prácticamente una semana desde el escándalo delictivo del 9N, y seguimos como estábamos.
Es decir, que el chorizo/delincuente al frente de la Generalidad de Cataluña
sigue tan campante; es más, todavía más chulo, provocador y chantajista que
antes, apoyado por los sinvergüenzas de otros partidos políticos y corruptos
medios de comunicación. Y, sobre todo, porque cuenta con el consentimiento expreso de
los que debieran ser defensores de los intereses del Estado y sus ciudadanos,
de esos que dicen ser y llamarse fiscales. Llegará el día en que podamos
recordarles que "Roma no paga a traidores".
Pero, claro, tampoco extraña mucho la actuación de estos
vástagos de la Justicia, viendo la actuación de su jefe jerárquico -que quiere
decir que tiene poder suficiente para darles órdenes-, Torres Dulce, fiscal
general del Estado: no se sabe si está o no está, pero lo cierto es que todos
los meses cobra un buen sueldo. Es que ahora dice que no es necesaria una querella
por el N9. Bueno, pues él sabrá, que para eso tiene estudios; los demás, somos ignorantes y tontos. !Muy tontos!
A todo esto, el ministro de Justicia, sin decir ni mus.
Muy ufano anunció que la cosa no iba a quedar así; tenía razón, ha quedado
muchísimo mejor para los delincuentes. Y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que
es el jefe del de Justicia, está desaparecido, porque se fue de excursión, para
sacarse una foto. Ya llegaba tarde, y tuvo que salir por la puerta de atrás. !Mecachis!
Y para remate, el nuevo secretario general del PSOE, un
tal Pedro -¿qué?- diciendo que la política recuperará
decencia y dignidad con el PSOE. Y otro nuevo secretario general, el de Podemos, Iglesias, bajando el tono del discurso, para que no se note.
!Apañados estamos!