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Joer, que no son una ni dos ni tres. Son decenas de asociaciones feministas las que durante estos últimos días están pidiendo, de manera encarecida, a elPrepotente presidente del Gobierno que eche del Ejecutivo a la ministra de Igualdad, Irene Montera. Sencillamente, porque consideran que sus dos únicas leyes, que ha sido incapaz de que superen las barreras del Consejo de Ministros, no defienden los intereses de las mujeres. Hasta la eurodiputada Lola Sánchez y la escritora Lucía Etxebarría, que se han sentido acosadas por los del partido de laMontera, partido al que pertenecieron en su día, suplican a Sánchez que la mande a tomar por donde se terminan de coser los sacos.
Están las feministas hasta el moño, de la excajera de supermercado, con ideas peregrinas de una niña de segundo de la ESO. Solo parece preocuparse de sus amistades, la diputada que le hace de niñera y que cobra más de cincuenta mil euros -asunto que ya estudian los tribunales- y la que desde el ministerio promueve las manifestaciones del 8M, que este año ha cobrado más de cien mil euritos del ala, que no ganamos todos en una tarde.
No, si ya le decía la pepera presidenta de Madrid que no había derecho a que laMontera fuera ministra por ser la compañera del Vicepresidente segundo. Sí, en efecto, el payaso comunista tontoelpueblo pijo y ridículo de la casta de Galapagar. Sí, de Galapagar, allí donde ambos tienen un casoplón de la leche, con vistas privilegiadas a la sierra madrileña. Allí se asientan ambos dos, fuertemente custodiados y protegidos por la Guardia Civil y la Policía Nacional, por agentes a los que el payaso comunista le encanta ver apaleados y pateados por la chusma.
Por cierto, y en relación a las manifestaciones de mañana en Madrid, las del 8M, la Justicia las ha suspendido todas, toditas, todas. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha rechazado todos los recursos presentados por las suspensiones, porque aduce que "prima la salud al derecho a manifestarse". Lo que en realidad hace el TSJM es avalar a Franco, al delegado del Gobierno en esta comunidad, mal que le pese a él por llevar ese apellido y a las feministas porque sea el de ese apellido el que les echara para atrás las manifestaciones.
Así que, nuevo conflicto en los entresijos del Gobierno socialcomunista. Al fin y al cabo es elPrepotente el que nombra al delegado del Gobierno, por lo que se supone que Franco no tomó la decisión de prohibir las manifestaciones a la ligera, por su cuenta y riesgo. Ha sido una orden directa de Sánchez, en contra de su ministra de Igualdad, laMontera, y el compañero de ésta, el ViceDos. Están ambos que se suben por las paredes, laMontera y el payaso comunista.
Así que, en Madrid, nada de celebrar por las calles, en manifestaciones, el Día Internacional de la Mujer. El que convoque manifestaciones sabrá que lo hace de manera ilegal y correrá con las consecuencias; ahora que peor será para su salud -por correr el resigo de contagio y de contagiar a los demás- los que asistan a las mismas. Sánchez ya aprendió la lección del año pasado y no quiere que se repita la maldita experiencia, que es como una losa, que tardará tiempo en quitársela de encima. Si es que lo consigue.