Traductor

Buscar en este blog

lunes, 10 de enero de 2022

Un imbécil le gana la partida a Australia

Todo en este caso resulta rocambolesco. Y todavía no ha llegado, esperamos, el desenlace final. De momento el chulo e imbécil número uno del tenis mundial ha ganado la batalla judicial al gobierno australiano. Su familia, empezando por su papá, han provocado un conflicto entre los dos países, Australia y Serbia. Pero, todavía queda el pronunciamiento del ministro de Inmigración australiano, quien, pese al dictamen del juez, tiene la facultad de poder retirar en cualquier momento el visado a Yocovit. Pero, a estas alturas, lo de menos es que el serbio pueda jugar o no el abierto de Australia, incluso ganarlo. Lo deprimente es, principalmente para los australianos, que habiendo sufrido las normas más rígidas del mundo y durante mucho tiempo a cuenta del covid, ahora se les cuele este energúmeno, que no ha respetado nada ni a nadie. No es solo un agravio comparativo -que lo es, y grande- para los habitantes de ese país, sino para el mundo entero, demasiado castigado por el virus como para que un negacionista se burle de todos y se salga con la suya.

Ya que el juez ha sido incapaz de cortarle la entrada al país -acaso el magistrado sea también negacionista o, simplemente, se ha limitado a  aplicar la ley a causa del confusionismo originado por los funcionarios de fronteras- el gobierno australiano, y en particular su ministro de Inmigración, debería suspender el visado del tenista y expulsarlo del país, porque facultado está para ello. Los tenistas que participarán en el torneo deberían, por su parte, plantearse su retirada del mismo, incluso el público no asistir a los partidos, en especial en los que participara el serbio. No es cuestión de deporte, ni de que el tenista sea un cafre, que las arma por donde quiera que va. Es cuestión de dignidad. El mundo ha sufrido un gran embate con el virus, en especial, de todos es conocido, Australia con sus férreas restricciones. No se puede permitir que un elemento como este se ría del mundo, ni del país de las antípodas, mientras su papá acusa a Australia de haberle infligido a su hijo torturas y abusos.

A propósito de la pandemia, con las infecciones disparadas por la variante ómicron, el presidente del Gobierno de España, elBandido Prepotente, ha anunciado que ha comprado 344.000 antivirales de Faizer contra ómicrom. Muy bien, Gran Bretaña ya ha adquirido más de dos millones y medio. Como siempre tarde, mal y nunca. A quienes se destinarán esos antivirales parece que está claro: a los inmunodeprimidos y personas de riesgo. Ahora bien, y ya la tenemos de nuevo armada, todavía no sabemos si tendrán preferencia esas personas ante las que no se han vacunado. O al revés.

Eso no lo ha aclarado elPrepotene. Como tampoco ha aclarado si ha hablado con el cenutrio de su ministro de Consumo, el comunista Garzón. Sí ha lamentado elBandido, y muchísimo, las declaraciones de éste sobre la carne de exportación. Lamentar no es reparar el mal hecho por el energúmeno comunista a cientos de familias. De expulsarlo del Gobierno no ha dicho nada; al menos no se lo hemos oído. Tampoco sobre las manifestaciones etarras, ni sobre nuevos acosos a de los golpistas a niños que quieren estudiar en castellano-español.