Rafa salió a jugar una vez con el pantalón
al revés, y no se lo dejaron cambiar.
No sabemos si lo de atrás para
adelante o si lo del interior para el exterior;
o ambas cosas a la vez. Ahí está la cuestión. Todo un
enigma
El
tenista español Rafael Nadal -Rafa o Nadal- consumió su tiempo en Brasil,
en los Juegos Olímpicos 2016, donde
el abanderado de España, como es lo
obvio, representó a nuestro país. O sea, lo lógico. Se llevó una medallita,
nada despreciable y muy merecida, de oro, junto a su compañero y amigo del alma,
compañero Marc. El de Manacor, el tenista -también obvio- es
español. Y vende españolidad por donde quiera que va. O sea, lo lógico también.
Por eso, le sentó como una patada en los cataplines el hecho de que algún
enviado de Puiyidemón, pero pagado
por la Generalidad catalana, se le
aposentara en las inmediaciones del podio portando la bandera Estrellada -la de
los independentistas- cuando los dobles -Nadal y Marc- recogían las medallas de oro de los “dobles” y cuando
sonaba el Himno de España.