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domingo, 4 de marzo de 2018

Rafael Casanova, tabarnés de toda la vida

Él sí que sabe. Alberto Boadella, ha dirigido a la perfección la protesta festiva de los tabarneses. No estaba allí, pero se hizo presente. El presidente en el exilio de Tabarnia no pudo asistir, porque se lo impidieron los guardias, ni tan siquiera intentó burlar los controles escondido en el portaequipajes del bus-embajada móvil. No hizo falta tanta gilipollez. Estuvo allí y lo vieron todos reflejado en la cara de los demás. No era un Yordi más, ni tan siquiera era un Yordi. Se presentó ante la estatua de Rafael Casanova, ídolo de los analfabetos golpistas-independentistas-secesionistas.