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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Todos haciendo el Kichi

Sentado a su derecha, el nuestro Rey, Felipe VI, escuchaba complacido las palabras del mandatario más mandatario de todos los mandatarios, nada más y nada menos que el presidente de los Estados Unidos, Obama. Su discurso era más que interesante, porque se refería a nuestro país, el llamado España, del que quería que fuera uno y grande. Más grande de lo que es, que lo sepa,  ya no se puede, y uno, al menos hasta pasado los Reyes Magos, creemos que sí. No era la imagen del Rey nuestro de cada día ni parecida a la de la final de fútbol que lleva su nombre, la de la "pitada", cuando tenía a su lado a un delincuente, que, oigan, no olvidemos, se reía.