De ahí que el
nazi xenófobo presidente de la Generalidad
catalana esté que se escurre patas abajo. Vamos, que tiene más miedo que
currufato. Eso es lo que cuentan sus allegados, amigos y enemigos. Que no
quiere acabar como elPuchi, siendo
un prófugo y sin patria y con escasas posibilidades de volver a casa. Está muy
arraigado, sí. Pero, eso no le serviría para librarse de la cárcel o del exilio
voluntario y necesario si continúa con sus ideas de declarar la república.
Pero, donde más se la está jugando, así y todo, es en la colaboración y ayuda
que parece ha prestado a los terroristas de los Cederrés.