¡Qué dirá el Santo Padre, mi Dios! Una de sus siervas con hábito religioso declarada persona "non grata" en Israel, en Tierra Santa. A la monja Forcades, sor Teresa, ni la dejaron asomarse a ver cómo era aquello. Como que son tontos los del Moshad. Ya la estaban esperando, así que es que en cuanto que llegó -¡zas!- , por donde vino tuvo que marcharse, porque le dijeron que representaba "un peligro para la seguridad del país". ¡Jope! Cómo la tenían calada. Lo que a mí extraña, a estas horas -porque el sucedido fue el viernes pasado-, es la pasividad de su representación diplomática, no la vaticana, por supuesto.