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domingo, 15 de noviembre de 2020

Entre chorizos anda el juego

¡Manda güevos, otra vez! Y que tengamos que soportar las estupideces del baldrogas ministro de Transportes y secretario de Organización de laPesoé. ¡Qué vergüenza para los militantes del partido, que se supone que todavía alguno se reuborizará! Es que está convencido el militante y camarada Ábalos de que tienen más responsabilidad política y de Estado los asesinos etarras que la oposición, en concreto laPepé, en lo que se refiere a brindar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado de los socialcomunistas. ¡Es que ya le vale al tipo este! Más le valía atender, no desoír y apoyar a las víctimas de los asesinos etarras que blanquear a los terroristas.

Bueno, de hecho, el hijo de Fernando Múgica ha mostrado públicamente unas fotografías estremecedoras, fotografías con el féretro de su padre cubierto por la enseña de laPesoé ante el que se encuentra, velándolo, Felipe González. ¡Qué responsabilidad la de los Bilduetarras ni qué coño! Ellos asesinaron a Fernando Múgica y su hijo, Alberto, se lo recuerda a Ábalos, sin que tenga necesidad de mediar palabra alguna: ¡Golfos, que sois unos golfos! Lo mismo que elCetapé, que calificaba de "hombre bueno, hombre de paz" al dirigente etarra elGordo, Otegggi.

¡Será sinvergüenza el ministro de Transportes que quiere hacernos creer que los asesinos etarras son unos angelitos y que los demás los estamos estigmatizando! No señor, hombre, aquí hay que llamar a las cosas por su nombre: los etarras son unos asesinos y unos chorizos quienes los blanquean, por no decir -que con ganas me quedo- unos encubridores. Los Bilduetarras son unas malas bestias que van a Madrid -por si no se ha enterado Ábalos- a destruir el régimen; antes lo hacían con los viles disparos a traición y en la nuca y las bombas; ahora, con el consentimiento de un Gobierno socialcomunista que está sobrepasando todas las líneas rojas.

Partidos como los de esa gentuza estarían ya ilegalizados en Alemania. Si tantas ganas tienen de abrir el melón de la Constitución, que empiecen por ahí, ilegalizando a los partidos políticos como los de los asesinos etarras. Porque, no sabe todavía el ministro Ábalos -o sí- si alguno de los pertenecientes al partido de los Bilduetarras está incluso implicado en la comisión de alguno de los trescientos asesinatos que aún están por clarificar y juzgar. De eso tenían que preocuparse los socialcomunistas, de averiguarlo y de que se haga Justicia.

No se puede sentar cátedra, hombre de Dios, apelando a la responsabilidad de los partidos de la derecha para aprobar los Presupuestos y ensalzar la actitud de los Bilduetarras. No, hombre, no. No Hay que confundir las churras con las merinas. Este hombre lo ignora todo, o quiere tomarnos a los demás por tontos. No son unos angelitos, no. No tienen sentido de la responsabilidad, y mucho menos sentido del Estado español.

Los Bilduetarras, como ya han dicho, van a Madrid a destruir el régimen, pero, además de hacerse socios preferentes del Gobierno -¡Qué vergüenza!- están consiguiendo que los asesinos de la banda dispersos por las diferentes cárceles españolas estén siendo reagrupados en torno a cárceles ubicadas en las inmediaciones de las provincias vascas. Los pasos siguientes están cantados: concesión al gobierno vasco de los asuntos penitenciarios, traslado de todos los presos a las prisiones vascas y  comienzo de la suelta de los asesinos. Además, por pactar, igualmente, los Presupuesto del gobierno de Navarra de la socialista Chivite, los Bilduetarras se embolsan once millones de euros.

Si a todo eso el ministro Ábalos, secretario de Organización de laPesoé, lo cual no conviene olvidar, llama responsabilidad y sentido de Estado, más le vale que se vaya a una academia a aprender. Más le vale, y tampoco le estaría de más. Así se entiende, también, que este ministro matón, chulo y amenazador oculte de qué habló con la viceministra de Maduro, la "dulce Delcy", en la noche del 20 de enero en el aeropuerto de Barajas. Que aclare por qué se reunió con ella y el destino de más de cuarenta maletas que desaparecieron -nadie sabe cómo ha sido- y que se decía que escondían lingotes de oro. Si no es así, que lo desmienta y que aclare todo lo que nos oculta. Queremos saber, tenemos derecho a saber y no que venga a vendernos la inmoralidad de los asesinos etarras.