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viernes, 22 de diciembre de 2017

Ha nacido una estrella

Menos mal que salió Aya y cantó. Lo hizo como pudo, la menudita niña, de origen marroquí, se esforzó por hacerse oír, y vaya si lo logró. Sacó del sopor a todos los asistentes al directo y logró atraer la atención de todos los que escuchábamos el sorteo ajenos a su desarrollo, pero con la cantinela de fondo, como es lo obligatorio, lo clásico de muchos, muchos veintidós de diciembre, fufufu. Sólo le faltó haber cantado el alambre de El Gordo. Lo habría bordado. Y eso que Aya y su compañera no eran conscientes de que la atención de España se centraba en ellas dos.