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lunes, 9 de noviembre de 2020

La ineptitud de Marlaska

Ójala que no se equivoquen y que en poco tiempo podamos tener una vacuna para combatir el coronavirus. La Bolsa, que normalmente no se deja engañar, ha registrado un alza importante, como hace tiempo que no se recordaba; pero, no solo la española, sino, en general, a nivel mundial. Los alemanes tampoco se dejan engañar, que son más "agarraos" que un chotis, y ya prevén inocular el mágico liquido -¡qué cursilada!- primero a los ancianos, después a los enfermos y luego a los sanitarios, por este orden de preferencia: luego, lógicamente, vendrán los demás. La cuestión es que esos dos indicios -y no lo que digan Sánchez, Illa o elEnterrador- nos elevan la moral, que falta hace.

Pues solo hay que atenerse a las cifras: varias decenas -512- de fallecidos y más de 52.000 contagiados durante el fin de semana en España. ¡Como para no soñar con la vacuna salvadora! Y, mientras, los desalmados de siempre acudiendo a fiestas masivas, burlándose de toda la ciudadanía que cumplimos a rajatabla con las disposiciones para evitar ser contagiados y que nos contagien. ¡Esto no puede ser! Los poderes públicos tienen que multar a esos que no dejan de ser otra cosa que depravados, hacer públicas esas cuantías, las de las multas, y, si cabe, según en qué casos, hacer públicos los nombres de esos enfermos mentales. ¡Que ya está bien de que por unos pocos -que no dejan de ser unos verdaderos gilipollas- tengamos luego cientos de contagios, que en muchos casos, derivan en muertes. Así de crudo, pero así de claro y real.

Mientras, el Gobierno socialcomunista continúa delegando en las comunidades autónomas la responsabilidad de la pandemia. El Gobierno incumple la ley en esto, como en otras muchas más cosas. Sin embargo es incapaz de cortar el flujo de migrantes que diariamente llegan a nuestras costas, bien a las de la Peníncula, bien a las de las islas, particularmente Canarias. Se plantea en las Canarias, a donde han llegado tres mil en las últimas setenta y dos horas, por tanto, una situación insostenible tanto para los habitantes de las Islas como para los propios migrantes. El Gobierno socialcomunista, como siempre, improvisando, es decir tarde y mal. 

No está la situación para bromas, ni para indecencias políticas. Allí ha estado Marlaska, el ministro de los Interiores. Ahora, lo pertienente es que informe en el Congreso -si es que los socialcomunistas quieren abrirlo- de lo que ha visto, las causas, los efectos y lo que haya programado hacer. Si es que es capaz de hacer algo. A Marlaska le preocupa mucho más, pero mucho más trasladar a los asesinos etarras, dispersos por varias cárceles españolas, a las prisiones cercanas a las provincias del norte, cuando no ingresarlos directamente en presidios de la comunidad vasca, para que les sea más fácil a los nacionalistas y Bilduetarras ponerlos en libertad en cuanto los socialcomunistas les cedan las competencias en materia penitenciaria.

De hecho, el Gobierno socialcomunista, y en su nombre el ministro Marlaska, ya ha acercado a sus domicilios del norte a más de la mitad de los asesinos etarras. Pero, si hay que destacar alguno, ahí está el reciente traslado  del sanguinario Putxe, del  Comando Vizcaya, el más aniquilador de vidas humanas de todos los comando de ETA. El angelito Putxe participó en veintiún atentados, con el resultado de dieciséis víctimas mortales. De la prisión de La Coruña ha sido trasladado a la del Dueso, en Cantabria. Un regalo de los socialcomunistas por tanto asesinato.