Vamos, como que parece que a los delegados gubernamentales
en Cataluña
les da una ventolera, y ya. Del anterior a la actual, nos quedamos sin saber si
al final se curó de la enfermedad. Millo
no levantó cabeza desde que se fue a la tele independentista a pedir perdón por
la actuación de las Fuerzas de Seguridad
del Estado durante la celebración del referéndum ilegal del UnoaCero, pero lo más grave fue que
ninguno de los de su partido, comandado entonces por el amante de los “yoniguálqueres”,
es decir Rajoy, le exigiera
rectifiación alguna. Ni se lo pidió ni se lo exigió. ¡Qué se podía esperar
entonces tanto del expresiRajoy como de la su niña, la niña de Rajoy, laViceSoraya!