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martes, 6 de octubre de 2015

Nadie conoce a nadie y todos nos conocemos

Es que lo que no puede ser no poder. Está claro. Es evidente. El que la señáManuela acuda invitada a un acto y no conozca a toda la gente que vaya a estar allí, pase; pero, que no conozca, al menos de oídas, a sus anfitriones eso es pasarse de la raya de la educación, o que ya no se está para esos trotes. Algo de eso le sucede a la alcaldesa de Madrid, más bien me inclino por lo segundo, que va estando senil, que se le viene algunos blancos a la mente. Como decía el otro día está de estar en casa, jugando al cinquillo y disfrutando de la vida, como cualquier jubilado, pero una jubilada con posibles.