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domingo, 21 de febrero de 2016

Del cojones al hijos de puta

Si es que hasta para esto de decir tacos -también conocido por blasfemar- son acomplejados los peperos. No se crean que el otro día cuando el vasco del pepé soltó ante MaryJoy que estaban hasta los cojones de la corrupción en el su partido lo dijo así como así, como que le salió del alma. ¡Quitapayá! Antes de soltarlo avisó de que iba a decir una cosa muy pero que muy gorda, que se lo había prometido a los compañeros y ante tamaña promesa no podía quedárselo para sus adentros. Y fue y lo soltó -¡cojones!-, y qué a gusto se quedó el hombrico. Se le veía como si se hubiera quitado un peso de encima.