Traductor

Buscar en este blog

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Los madrileños ni olvidan ni perdonan

Palabra de Ayuso, y eso va a misa. Sánchez y los golpistas se pueden agarrar, que si Ayuso les dice que si quieren pelea la van a tener, que miren a todas partes antes de acostarse, porque la sombra de la presidenta de la Comunidad de Madrid los va a perseguir, incluso hasta cuando entren en el váter. ¡Con un par! No les va a dar tregua ni para mear, cuanto menos para cagar. ¡En realidad son unos cagones! Ya se la ha tenido que envainar el presidente socialcomunista sólo de ver los resultados de la lucha de Madrid contra la pandemia. ¡Ahí tienen Sánchez, el ministrillo Illa y el sinvergüenza de elEnterrador cómo se ha enfrentado Madrid, y todos los madrileños, qué coño, contra viento y marea y el coronavirus. Pese a Sánchez y a sus socios.

Es lo que nos faltaba por oír, que un chiquilicuatro como el semidelincuente Rufián nos viniera a imponer ahora los impuestos que debemos de pagar o no, y cuántos. ¡Podría irse al carajo, este imbécil golpista, que seguro que ni allí sería bien recibido! ¡Son mala gente! Todos los que apoyaron a Sánchez en su Investidura, los socios Frankenstein, y por supuesto el presidente, son mala gente. Tienen muy mala entraña. Son unos babosos. Fíjense que quieren que los madrileños paguen más impuestos, pero, a la vez, que el Gobierno socialcomunista incluya en los Presupuestos Generales del Estado cerca de dos mil quinientos millones de euros más para los golpistas, para uso y disfrute de los golpistas, que no de la ciudadanía. 

En realidad, a estos golpistas les está saliendo de a gratis todo desde que Sánchez ocupa la silla de presidente de Gobierno. Han barrido del mapa el idioma de todos los españoles, el Castellano o Español, van a sacar a los delincuentes golpistas de la cárcel, tienen desde entonces más embajadas y, además, se llevarán los cerca de dos mil quinientos millones de euros de más en los PGE -que son las siglas que le importan al traicionero Sánchez-, como los vascos se llevan cuarteles para construir viviendas -y echan al Ejército- y el denominado "cupo vasco", que siempre es algo más. No digamos ya del régimen foral navarro. ¡A ver si ahora protesta el presidente gallego, hombre, el pepero Feijóo!

Pero, no. El mameluco, analfabeto indecente, exempleado de textil, no tiene otra cosa que hacer que cortar trajes a los demás, pero, como era pinche, no sabe ni coser; aunque, sí sabe tirar a jorobar. Es un sinvergüenza, sin duda. Ahora que ya le vale al presidente del Gobierno socialcomunista. ¡Vaya socios! Le tienen envidia a Ayuso, que le ha dado sopas con onda en la eficacia de sus medidas contra el coronavirus y por haber convertido la comunidad madrileña en referente mundial y atractivo de ubicación de empresas, incluidas las de procedencia catalana, vasca e internacional. Tiene envidia y odio el chuleta Sánchez a los madrileños, que no votaron a su partido para gobernar esta comunidad autónoma, la comunidad por excelencia. Tiene envidia Sánchez de todo lo que sea verdaderamente español -y odio, no lo olviden-, porque su fin, junto con su socio el payaso comunista, es destruir España. Tiene envidia Sánchez a la gestora Ayuso, cuando le ha demostrado, con creces, ser un verdadero inútil.

Es lo mismito que le sucede a su socio el payaso comunista: respira odio por todos sus poros. Entre ambos, con la ayuda de los golpistas, los independentistas vascos y los de la banda terrorista etarra se quieren cargar España. Están confabulados. Y no se fíen de los rifirrafes entre los socios de la coalición de Gobierno. Es todo mentira. Es puro teatro, pero del malo. Si recuerdan los aspavientos de los barones de laPsoé por las medidas y acuerdos de Sánchez con los Bilduetarras, separatistas vascos y golpistas catalanes, ya ven  cómo quedó todo, en aguas de borrajas: en definitiva, en nada. ¡Puro teatro! Como el de la excajera de supermercado, la ministra del casoplón, la de la Igualdad. Decía en la celebración del 25N que "nos queremos vivas", entre amagos de sollozos. Antes fue lo de "borrachas y solas". En verdad que no tenía buen aspecto la marquesa de Galapagar, durante su actuación. No sé yo, no sé yo.