Lo mejor, cuando se está en vísperas de la jubilación, es hacer mutis por el foro y pirarse. Vamos, me parece a mí. Sobre todo cuando se ha sido obispo y se ha tenido ocasión de decir muchas cosas y de haber hecho muchos enemigos y amigos, que de todo hay en la viña del Señor. Pero, no, Es lo que no termina de aprender el cardenal Sistach, el de Barcelona. Se jubila el día después de Navidad y, en vez de loas por el nacimiento del Niño, lo que hace son alabanzas del expresidente de la Generalidad de Cataluña, el muy exhonorable Jjjordi Pujjol.