Facilísimo lo tiene el tribunal para dictar sentencia, y mientras más rápido mejor. El nazi xenófobo presidente de la Generalidad catalana declaró en juicio que sí desobedeció a la Junta Electoral Central y no retiró en tiempo y forma una pancarta y un lazo amarillo enormes del balcón principal de la Generalidad. ¡Pues eso! Así se las ponían a Felipe II. La sentencia, con un par de días de reflexión por parte del tribunal que ayer juzgó al neandertal, puede estar más que lista. No vemos objeción para que pueda tardar un año, o más como sucedió con la inhabilitación de Arturo Mas.