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jueves, 27 de agosto de 2020

Las bicicletas son para el verano

Es que laSeñáCeláa no se ha enterado todavía de que las bicicletas son para el verano. ¡Vaya ocurrencia! Ni a la mismísima SeñáManuela se le habría venido a la mente. Y para eso llevaba todo el verano, asesorada por un montón de genios, para llegar y soltarnos que los papás lleven a los niños en bicicleta al colegio. ¡Esta señora estará o no en su sano juicio! Pues, velahí, que después de todo un veranazo nos viene a soltar las medidas antivirus en los colegios, medidas, por otra parte, nada originales, pues ya están implantadas -esas y otras muchas más- en las escuelas de otros países de la Unión. Es decir, que nada nuevo bajo el sol, salvo el exabrupto de las bicicletas.

Aunque, quizá, lo peor de todo es que se hayan aprobado esas medidas por la práctica totalidad de los "ministros" regionales de Sanidad. Todas las autonomías las han apoyado, excepto la de las tres provincias vascas. La disensión de los vascos no es que no estén de acuerdo con ellas, es que consideran que invaden sus competencias. Si esa es la imaginación que le han echado al asunto todas las autonomías para combatir el virus en las escuelas, que, a partir de septiembre, Dios nos coja "confesaos".

No es que todas las medidas estén mal, no; algunas hasta están bien. Pero, sinceramente, los cuidadnos nos esperábamos más, algo así como una gran sorpresa por las propuestas que nos iba a hacer laSeñáCeláa. Para ese viaje, ya nos bastaban nuestras propias alforjas. Vamos, que cualquiera habría hecho esas propuestas, y probablemente mejores. Pero, sin bicicleta. Porque, miren, no hay derecho a que todas las comunidades autónomas, con sus respectivos asesores -que son muchos, y de los que cobran bien-, no hayan aportado ni una sola novedad a lo que todos sabemos que, como mínimo, tiene que ser.

Además, son numerosas las incógnitas que se plantean para un inmediato futuro y que, ni el Gobierno ni las autonomías, han sabido responder; es más, en muchos casos ni se las habían planteado. Conclusión esto es una una verdadera improvisación y, en algunos casos, verdaderos dislates como el de la bicicleta. ¡En qué país vivimos! A cada una de las propuestas, sería lo normal, tendría que haber ya una respuesta contundente, si no pudiera desarrollarse como se prevé. Pero, no es así. Son muchas las incógnitas que se plantean. Porque una cosa es copiar lo que ya han están haciendo en otros países y otra muy distinta su aplicación práctica en cada lugar y momento. 

No cabe la improvisación. Nos jugamos mucho en ello. Por medio está el bienestar y el futuro de nuestros hijos. También, la incertidumbre de los padres, sobre todo, a parte de lo dicho anteriormente, cuando los niños tengan que guardar una cuarentena, por poner un ejemplo, como muchos de los que ya se están planteando en muchas familias. No es el mismo caso que el de una gripe cualquiera. Ahí no han caídos los sesudos políticos y asesores de las autonomías y del gobierno central.

Sí que se está luciendo Sánchez. ¡Vaya ministros y vaya asesores! Bueno, si pensamos en que uno de los más considerados por elPresiSánchez y por le ministro de Sanidad, Illa, es Simón elEnterrador, qué se puede esperar de los demás. Porque, fíjense, no es lo más malo las medidas que se van adoptar sin imaginación alguna, lo peor es que no haya respuestas concretas a todos los imponderables que van, lógicamente, a surgir. Eso es lo increíble. Eso desemboca, como nos tienen acostumbrados, en la improvisación.

Entre tanto, sube y sube el número de contagiados. No se sabe si tres o diez mil, hoy. Como siempre, las cifras que manda Simón no hacen más que crear la confusión. Con lo sencillo que es sumar un día tras otro, como caminar con un paso tras otro. Parece que la gozan con crear confusión, a no ser que no sepan tan siquiera sumar. Pero, de esta gente todo se puede esperar, porque, en el fondo, son unos iletrados, cuando no unos analfabetos, unos incapaces. Qué desgracia de gestores tenemos.