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domingo, 16 de agosto de 2020

La puertas abiertas de par en par

Miren. señores, ni respeto ni leches. Los cientos de personajes que se han manifestado en las inmediaciones de Colón no tienen perdón de Dios. Negacionistas pueden ser todo lo que les apetezca, pero respetando a los demás. Estos no han tenido respeto por nadie, ni por ellos mismos, que allá ellos, si al final no terminaran perjudicando a nadie. Pero, es que están promoviendo el contagio del coronavirus, primero entre ellos y, después, con grave peligro y riesgo de contagiar a los demás. Además, negacionistas o como se quieran llamar, han delinquido, se han saltado todas las normas: no llevaban mascarillas y tampoco han guardado la distancia social, y mucho me temo que tampoco se han lavado.

Si después les sucede lo mismo que a los manifestantes del ocho de marzo, que no se quejen, aunque -a ver si se dan cuenta- los van a atender igualmente en los hospitales, pese a la putada que les van a hacer a más de uno. Y ya que las autoridades no han evitado que la manifestación se haya celebrado, al menos confiemos en que se haya identificado al mayor número posible de asistentes para imponerles la consiguiente multa, que por menos han llevado a los tribunales a otros, como han sido los vecinos del payaso comunista en Galapagar, por tan solo pasar por la calle.

Está claro que las últimas medidas del Gobierno y comunidades autónomas no han surtido efecto, al menos de momento. El número de contagiados por el coronavirus continúa aumentando en todo el país de manera peligrosa y alarmante, hasta el punto de que en las provincias de la comunidad autónoma vasca entrará en breves en vigor una especie de estado de Alarma, con un pseudoconfinamiento. Mal nos lo fían los vascos, porque, ya saben, todo es empezar para que sigan los demás, si la cosa no se arregla y, a lo visto, tiene difícil arreglo.

Está visto, reitero, que las medidas primeras no están resultan eficaces y seguramente no lo serán si no van acompañadas de otras, y para las que su aplicación el gobierno socialcomunista ha perdido unos meses valiosísimos. El Gobierno de Sánchez, elAplaudido, se ha desinhibo por completo del problema. No ha aprendido de la experiencia de la primera ola del coronavirus, que nos has dejado cincuenta mil muertos y más de trescientos mil contagiados. Era más importante el aplauso en el Congreso por parte de sus diputados y senadores socialistas y comunistas paniaguados que hacer frente a lo que, por desgracia, se nos viene otra vez encima.

El Gobierno ha dejado la puerta abierta al virus en los aeropuertos. Una puerta abierta de par en par, sin unas medidas preventivas desde los orígenes de los vuelos. Por los aeropuertos, principalmente, los de Madrid y Barcelona se ha colado de todo, procedente de los lugares más dispares del mundo. Sánchez se ha ido de vacaciones, y ahí se las den todas. 

Tampoco se han tomado medidas para evitar la llegada de migrantes en pateras, negociando con los países de origen sobre los indocumentados que se han introducido en nuestro país de manera ilegal. Pero, tampoco se ha reforzado la vigilancia ni los medios para evitar que estos migrantes se escapen de los lugares de reclusión, muchos de ellos enfermos de coronavirus, que vagan por las ciudades y pueblos de España. Y así, muchas cosas más que se tenían que haber evitado, con el asesoramiento de un comité técnico y científico y no con otro payaso como elEnterrador Simón y la sosería e ineficacia del ministro de Sanidad, Illa.