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martes, 28 de diciembre de 2021

Bélgica, santuario de los delincuentes españoles

 

Convencido estoy de que lo del delincuente rapero, huido a Bélgica de la Justicia española, el tal Valtonyc, se arreglaba pronto invitando a la los jueces belgas –sí es que lo son- a una mariscada de mejillones acompañada de patatas, fritas en aceite de oliva. Son así de imbéciles los belgas, hasta el punto de que tuvieron que reformar una ley para poder dar caza a terroristas a partir de las doce de la noche; hasta entonces se  carcajeaban los terroristas de la policía pasada esa hora, en la que se permitían el lujo de salir a pasear y hacer compras en establecimientos abiertos a tan solo unos metros de los agentes del orden, o desorden o del desmadre, algo así como la Loca Academia de Policía.

Es que los jueces belgas están empeñados en no extraditar a España a ningún delincuente huido de nuestro país y que sea reclamado por la Justicia española. Ahí tenemos las órdenes de busca y captura emitidas por el juez Llarena. ElPuchi, delincuente secesionista catalán y sus compinches, han encontrado en Bélgica lugar de acogida y protección. Ya les llegará la hora a estos delincuentes, tarde o temprano; el criminal nunca gana. Y nos llega el abogado del rapero que ha sido un triunfo de la libertad de expresión, el hecho de que su defendido no sea extraditado. Eso sí, se ha librado de tres años y medio de prisión a los que le condenó la Audiencia Nacional por enaltecimiento del terrorismo, injurias al Rey y amenazas. ¡Un santo, vamos! Por lo menos, que lo alimenten los belgas; eso que nos ahorramos. Nos vienen a recordar los belgas, para los que le cabe cualquier tipo de calificativo despectivo, amparando al delincuente -a los delincuentes-, los días negros en que Francia se convirtió en el santuario de los asesinos de la banda terrorista etarra. ¡Menudo socio comunitario!

Por cierto, el Gobierno de elPrepotente continúa sin hacer nada para evitar que se celebre el homenaje el día 31 a uno de los más sanguinarios de los componentes de la banda criminal etarra, Parot, con treinta y nueve asesinatos a sus espaldas, condenado a más de cuatro mil años de prisión. El también etarra Otejjji, elGordo, el socio preferente de Sánchez -el hombre de bien y de paz para el energúmeno expresidente socialista Zapatero- quiere que lo saquen de prisión, y a buen seguro que lo conseguirá, como ha logrado que los etarras dispersos por las diferentes prisiones españolas estén siendo acercados a prisiones de las provincias vascas, cuando no ingresados ya en las cárceles que dependen del gobierno vasco.

Y si el gobierno de elPrepotente, es decir Sánchez, no está haciendo nada para evitar esta marcha a favor de Parot, el gobierno regional que preside el de laPeneUve, Urcuyu, la está fomentando, con un claro desprecio hacia las víctimas. Conviene recordar que para Urcuyu los niños muertos en los atentados de ETA son víctimas coyunturales. Con tal aberración no es de extrañar que este elemento de presidente vasco fomente los homenajes a los asesinos de ETA. El caso es que está imponiendo a su paisanos medidas estrictas, y duras, para combatir el covid, mientras a los etarras les permite manifestarse como si no pasara nada. Ni barra de medir ni leches. Si se lo permiten los vascos, allá ellos.