LaseñáManuela se ha propuesto ser la abuela cruela de los niños madrileños, y, por extensión, de todos los españoles, excluidos los catalanes y valencianos, porque allí ya tienen las suyas propias del club de "las batas guateadas y zapatillas de pompón". A fe mía que lo va a conseguir. Ellos no lo dicen, los niños; son eso, niños. Pero, los pobres caminan por Madrid "acongojaos", cabizbajos y tristes, por la que se les puede venir encima. ¡Adios al parque. Primero la obligación; después la devoción! ¡La Patria los reclama!