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Nada nuevo bajo el sol. Lo previsto en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz. ElPrepotente, con traje veraniego, pero si alpargatas, se lució ante la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Como si no hubiera pasado el tiempo -más de seis días sin piarla desde el inicio de la crisis de Afganistán-, Sánchez se presentó en el aeropuerto madrileño para hacerse las fotos con los dos mandatarios europeos y el socialista Borrell, encargado de los asuntos exteriores de la Unión. LaÚrsula, como se supone estaba pactado, alabó a España y a Sánchez por la gran labor realizada en las repatriaciones. Lo mismo dijo, prácticamente, Michel.
ElPrepotente actuó como es lo suyo, de prepotente. Había otro tan bueno como él, pero está desaparecido, así que ahora él es el primero y el último; pero, en cualquier caso, el mejor. ¡Faltaría más! Así lo corroboraron los mandamases europeos presentes, tal como requería la ocasión. Eso sí, laÚrsula -una inútil total en la gestión de la pandemia del coronavirus- se deshacía en elogios, no se sabe todavía si más para España o para elPrepotente, y para la Unión Europea también, que para eso está ella dirigiendo el cotarro de los veintisiete. Por lo menos anunció que ni un duro de la Unión caería en manos de los talibanes.
Ya veremos -el tiempo lo dirá- si se cumple la sentencia de la presidenta de la Comisión Europea. Porque, vamos, el socialista Borrell ya reconoció que los talibanes habían ganado la guerra y que había que hablar con ellos. El hablar con ellos es reconocerlos políticamente. ¡Eso es muy grave! Cualquier tipo de parlamentarismo con ellos, además de ese reconocimiento, aboca, al final, en el desembolso de dinero. Es lo mismo que elPrepotente está haciendo con los delincuentes golpistas catalanes: los ha indultado a los encarcelados y ahora comenzará con sus partidos las conversaciones en la Mesa del diálogo -la Mesa de la Alta traición-, pero antes, la pasta por delante, como hemos visto que ya se ha comprometido a la ampliación del aeropuerto de El Prat, que no son unos milloncejos de nada, sino varios miles de millones de euros.
Eso sí, Borrell ha cargado contra los Estados Unidos, contra su presidente Biden, porque no ha podido hacerlo contra laPepé de Casado. El socialista ha metido cizaña contra los Estados Unidos, porque, a su entender, están dificultando las evacuaciones en el aeropuerto de Kabul. Cuando lo que se requiere es la mayor agilidad posible, los de Biden mantiene un control férreo en los alrededores del aeropuerto y en las entradas y salidas al mismo.
Puede que Borrell tenga razón en ese aspecto. Solo puede. Pero, en el fondo su crítica contra los Estados Unidos, y en particular contra Biden, viene motivada porque éste ha agradecido la labor a todos los países que están colaborando en la evacuación en Afganistán, a todos menos a España. Ha ignorado Biden a nuestro país y se ha olvidado de llamar a Pedro Sánchez, lo que sí ha hecho con los demás presidentes a cuyos países ha agradecido el esfuerzo. A Sánchez continúa ignorándolo. O es que no se acuerda de aquel chico que lo asaltó de manera inoportuna -aunque solo durante veinte segundos- en los pasillos del lugar en donde se celebraba la cumbre de la OTAN.
Total, que como si no hubiera pasado nada, ya digo, Sánchez no ha acortado sus vacaciones y, además, se ha hecho la foto con los mandamases de la Unión Europea. Lo que no ha logrado es que Biden lo tenga en cuenta. Pero, ya se las pagará, que elPrepotente es el prepotente. De momento, a través de Borrell, ya lo está llamando inútil por el cerco y control que las tropas estadounidenses mantienen en el aeropuerto de Kabul. Que esté ojo avizor el norteamericano, que elPrepotente es capaz de armarle la marimorena. Es muy vengativo él.