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martes, 3 de noviembre de 2020

Las feministas, "cagadas"

No, hombre, no, que las cosas no son así. Ya está bien de soportar las imbecilidades de elEnterrador Simón. ¡Ya está bien! Este mameluco está haciendo como el pirata con su pata de palo. Y así no se puede ir por la vida, sobre todo cuando se ocupa un cargo público, para el que ni siquiera está cualificado. Pero, ya lo ven ahí sigue. Aguántenlo. Este fue el que nos dijo, y nos engañó -quizá por ignorancia, que sería todavía peor- que en España llegaría a haber uno o dos contagiados por el coronavirus. El vecino miraba al de al lado para ver sobre quién caería el bicho. De entonces -vísperas de las manifestaciones del 8M- a ahora tan solo nos separan ocho meses y, lo que es peor, unos sesenta mil fallecidos y millón largo de contagiados. ¡Uno o dos contagiados!

¡Como para fiarse del depredador Hannibal Lecter, más conocido hasta ahora como elEnterrador Simón! Sus predicciones resultan catastróficas, como cuando hace unos días, no hace ni medio mes, afirmaba que la situación de la pandemia se estabilizaba. Coño, con el tío, es que no da una. Y cuando se sale de su papel de servidor del ministrillo Illa, o sea, del Gobierno socialcomunista, la caga. Como cuando se pitorreaba ante la prensa preguntándose si no sabríamos de qué hablar cuando todo esto pasara, cuando la pandemia ya no existiera. ¡Es tonto!

Desde luego, nefasto personaje no pudo encontrar mejor el Gobierno socialcomunista para que descarguen  en la cara de elEnterrador las bofetadas que tendría que estar recibiendo Sánchez, elSalvador. Pero el culmen de la estupidez le llega al depredador Lecter con su machismo y su menosprecio hacia las enfermeras de este país. Hasta tal punto llega la desfachatez de este individuo que llegó a afirmar, entre risas, en una entrevista que "no les preguntaba a las enfermaras si eran infecciosos o no, que eso se veía días después".

Hoy, por fin, el mentecato ha pedido perdón a las enfermeras por su comentario sexista y barriobajero -como no podía ser de otra forma-. Le va en ello el puesto de trabajo que ocupa, que para no tener hecho el MIR y no ser doctor, nadie le podía hacer mejor regalo que laPepé, primero, y laPesoé, después. El depredador sexual quiere convencernos ahora  de que su comentario sobre las enfermeras "no tiene nada que ver con mi forma de pensar y quede claro que todavía tengo mucho camino por delante para aprender y hacerlo mejor".

En definitiva, que no va a dimitir, no solo por sus comentarios sobre las enfermeras españolas, sino que también por el cúmulo de barbaridades y mentiras a las que nos viene sometiendo a todo el país a través y, primordialmente, de la televisión pública. Si es que elEnterrador piensa, lo más consecuente habría sido, efectivamente, primero pedir perdón y dimitir y marcharse para casa, después. Pero, ni una cosa ni la otra. Amenaza con seguir en el cargo, reconociendo que sabe muy poco -¡Ya se ve!- y que tiene que "aprender y hacerlo mejor", lo que no estaría de más, pero, tristemente, asegura que le queda mucho camino para ello, es decir, tiempo en el cargo. Vamos, que está bien "amarrao".

El Consejo General de Enfermería, que representa a más de treinta y seis mil profesionales de la Enfermería, amenazó con pedir la reprobación, nada más y nada menos, que la reprobación en el Parlamento del depredador sexual de enfermeras. Pero, ya ven, todo se ha quedado en agua de borrajas, porque elEnterrador ha pedido perdón. En un cargo como el que él ocupa, y más en tiempos de pandemia, las cosas que se dicen se dan por pensadas, luego la lógica indica que, después de una barbaridad, hay que pedir perdón, sí, pero dimitir del cargo o cesarlo el Gobierno o exigir su cese el Consejo General de Enfermería.

Tampoco se ha dado por aludida la excajera de supermercado y ministra de Igualdad, laMontera, la "compi" en Galapagar de elViceUno, el payaso comunista. ¡Qué grito no habría dado la ministrilla si el comentario del depredador lo hubiera protagonizado algún cargo de la derecha! ¡La habría oído hasta Dios! Tampoco se han hecho eco las remilgadas y trasnochadas feministas. ¡Las muy cobardicas se han escondido, se han "cagao"! En el fondo, son tan miserables como la ministra y el pseudocientífico y el Consejo General de Enfermería.