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España nos roba a Castilla y León

Después de todo lo que hemos pasado los castellanoleoneses, después de todas las restricciones e impuestos que nos han obligado a padecer la Junta de Castilla y León -y los ayuntamientos también- para que no seamos una Comunidad con déficit presupuestario -Aleluya, el incapaz del gobierno autonómico, con su presidente a la cabeza Juan Vicente Herrera, puede gritar, y que se oiga bien, que somos un ejemplo a imitar-, se le ocurre al Gobierno de España, que las comunidades con déficit no tengan que pagar los intereses del mismo. Así de fácil.
Entre esas comunidades deficitarias -se lo imaginan ya- se encuentran Cataluña y Valencia. Aquí da lo mismo cumplir que no cumplir. Es eso de que el que bien te quiere te hará llorar, a lo que se contrapone que el que no llora no mama. Ni solidaridad, ni insolidaridad, ni gaitas: por decreto Ley. Sólo tenemos que mirarnos y ver cómo nos va, algo así como paupérrimos ciudadanos de tercera clase.
Pero, "quietos paraos", que no hemos tenido déficit. Claro que tampoco hemos tenido dinero para invertir. Y, además, cada día somos menos, porque mucha gente se ve en la obligación de tener que emigrar, aunque eso no tiene importancia: familias separadas, en el tiempo y en el espacio -esto ya lo he dicho, desgraciadamente, más de una vez con el paso de los años; últimamente, con más frecuencia- a esas regiones a las que se ha facilitado, o mejor dicho, se les han regalado las ocasiones de instalación de industrias -!España nos roba!- que a los castellanoleoneses se les ha negado, toda vez que nuestros políticos -todos, sin exclusión- han permitido, sin la más mínima oposición al poder Central.
Aquí se les presenta una ocasión, como principio del fin de la desidia permanente, para comenzar a construir una conciencia de pertenencia a una comunidad -¡que ya está bien!-, aunque sea oponiéndose -si es que es necesario, y con energía- a su propio partido  y a ese deleznable ministro de la Hacienda, que debería serlo de todos los españoles y que bien podía irse al monte, a cuidar cabras.
De seguir manteniendo esa postura sumisa y vergonzante, no prediquen en el cada día más amplio desierto de la comunidad más extensa de Europa -cada vez hay menos gente que les pueda escuchar-, no nos mientan con promesas sin futuro. Porque, saben, los del pepé y los del pesoé nos tienen al personal muy contrariados.
Esto no puede seguir así. Señores de la Junta -y oposición- no pueden ustedes presumir de que no tenemos déficit -con todas las penurias que los de Castilla y León estamos pasando- y que tengamos que pagar los intereses a Arturo, que además de cara dura, sinvergüenza y chulo chantagista es un delincuente, que a estas horas debería ser el más buscado de España. Y ustedes tan tranquilos, sin oponerse. -¡Pero que se oiga, coño, en "los cuatro puntos cardinales de mi Patria!-. Se lo están poniendo muy fácil -lo saben- a los que no queremos. Pero es que ustedes se están pensando que somos tontos. Y no. Se quivocan; seremos pobres -porque no nos queda otros remedio-, algo "masocas" aguantando lo que aguantamos, sí; pero, tontos no.

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