Ahí lo tienen, desde su bastión belga, al “hombre
bajito y cabreado”, feo y siempre fúnebre, instigando un acoso o un escrache,
como prefieran, desde su cuenta de tuiter contra el juez Llarena. El golpista desde Bélgica y los obtusos de las DCR en el
lugar, todos contra el juez Llarena, el que instruyera el caso del Golpe de Estado. ¡A por él, a por él!
Una demostración más de la violencia de esta gentuza, que miente más que habla,
de estos cobardes que sólo saben actuar en grupo -como manadas-, de estos miserables
que gritan que la calle es suya y seguirá siendo suya, y que, además de que se
lo creen, se lo permiten