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sábado, 5 de marzo de 2022

Cien millones de muertos

Y el mundo entero continúa preguntándose cómo un mediocre, retrasado mental, ha podido llegar a ser  presiente de Rusia. Pero, es así, ahí está el comunista intentando -y de momento consiguiéndolo- atemorizar al mundo, mientras está masacrando a la población ucraniana. Ha invadido un país porque le ha salido de las pelotas, rompe el alto el fuego cuando le sale de la entrepierna, amenaza a todo el mundo occidental por si a algún país se le ocurre meterse en el espacio aéreo de Ucrania, lo que considerará una declaración de guerra, y, para remate, está elaborando una lista de todos los países que están actuando, aunque desde fuera, de una manera nada amigable contra Rusia. En unos días hará pública esa lista; pero, mientras tanto, trata con este lapsus de tiempo infundir miedo y pánico. Quiere superar los cien millones de muertos. 

¡Cuidado que viene Putin! ¡Que llegan los rusos! Porque, en nada, nos los encontramos a la puerta de casa, ya de mañana, cuando salgamos a trabajar. Excepto Hungría, todos los demás países de la Unión Europea y los integrantes de la OTAN han ayudado, si se puede considerar así, a los ucranianos con el envío directo de armas y les han brindado ayuda humanitaria. Sí, sí, aunque con retraso, también España, en esto de las armas. ElBandido Prepotente se vio forzado a ello por el ridículo internacional que estaba haciendo. Pero, fíjense, le daba igual. Si no llega a ser por su exministro Borrell, ahora alto mando de la Unión para las relaciones internacionales, ahí habría seguido, dando satisfacción a los socios de gobierno, a los comunistas, iguales a Putin. Excepto Yolanda Díaz, los comunistas del gobierno de coalición están que trinan con Sánchez. Pero, no se van, porque tienen suculentos sueldos, estos muertos de hambre.

Pero, claro, bien pensado, a Sánchez tampoco le importa, porque ha conseguido desunir entre ellos a sus coaligados y se gana una imagen -aunque a medias- ante los líderes de la OTAN, que en breves celebrarán aquí, en nuestro país, una cumbre. Se supone que al ser el país anfitrión es probable que Biden, el presidente de los Estados Unidos, le preste un poco más de atención, que le dedique algo más de veinte segundos recorriendo un pasillo. Ya veremos, porque los de EE.UU. tienen a Sánchez entre ceja y ceja, como al despreciable Zapatero, el de la ceja. De hecho Biden no lo llama para las reuniones de jefes de la OTAN. Coñe, normal, no lo van a informar de los asuntos de la guerra, cuando tiene en su gobierno unos inquilinos comunistas, tanto y más que el loco Putin.

De hecho, estos comunistas nunca se han mostrado partidarios de dar armas a los Ucranianos para defenderse de los rusos y, junto a los delincuentes golpistas catalanes y los terroristas etarras, se han mostrado en el Parlamento europeo contrarios a que Ucrania pueda ser en su día miembro de la Unión. De hecho, desde la parte comunista del gobierno se está llamando a la manifestación del ocho de marzo a incluir en la misma el No a la guerra, pero se elude un No a la invasión y a los crímenes indiscriminados del anormal Putin. De hecho, estos comunistas, como los comunistas de Rusia, manipulan burdamente el sentido de la manifestación, como hicieron cuando la convocaron sabiendo que el virus del covid estaba ya inmerso en nuestro país, y así les fue para muchos de los participantes. De hecho, estos comunistas lo que mejor podrían hacer es irse a la mierda.