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lunes, 15 de febrero de 2021

Vergüenza, ser fiscal

Lo de la Fiscalía es una verdadera indecencia. Está llena de descerebrados. ¡Vergüenza me daría ser fiscal en estos momentos en España! Y son los que velan por los intereses de la ciudadanía. Justo el día después de las elecciones catalanas se acuerdan de que está pendiente un recurso contra el tercer grado de los golpistas y chorizos catalanes. ¡Vamos a ver, no hay huevos, no hay nadie que se rebele contra la indecente exministra de Justicia, ahora Fiscala General del Estado! ¡En qué país se ha visto que unos delincuentes, chorizos, por más señas golpistas, se les permita salir de prisión para intervenir en una campaña electoral! Pero que son unos chorizos juzgados y condenados por dos delitos muy graves: sedición y malversación.

Estos tipejos fueron juzgados por pretender subvertir el orden constitucional español, valiéndose para ello, además, del dinero público, del de todos. No han sido jamás unos políticos juzgados, sino unos elementos, unos chorizos, unos delincuentes que se aprovecharon de su cargo púbico para delinquir. Como tales fueron juzgados, no por políticos ni por sus ideas, sino por unos hechos delictivos, independientemente de sus ideas políticas, que dicho sea de paso, se las traen.

Pues a estos delincuentes les ha permitido la Fiscalía General del Estado que salgan a la calle a hacer política, además, contra el propio Estado. Estos chorizos, a los que los fiscales tienen miedo, se han permitido regodearse en público contra el Estado español. Ya lo dijeron, incluso antes de abandonar la sala donde se les juzgó: lo volveremos a hacer. Así y todo la Fiscalía los ha dejado ejercer su papel en las catalanas y elPrepotente presidente del Gobierno de España les prepara el indulto o la amnistía y se sentará con sus correligionarios en la "mesa de la vergüenza", donde se hablará de referéndum y de independencia. ¡Qué vergüenza ser fiscal hoy en España!

Ahora que tampoco hay que irse muy lejos para ver otras barbaridades vergonzantes en la Justicia. El rapero, o lo que sea el imbécil ese de Hasél, el de las injurias contra la Corona y las Fuerzas de Seguridad y enaltecimiento del terrorismo, que tenía que haber ingresado en prisión el viernes, porque está condenado a tres años a la sombra, ahí sigue. Se ha encerrado con otros de su calaña en una universidad catalana, y allí están todos. La Justicia no ha emitido una orden de busca y captura contra él, como era lo preceptivo. Otro que como los golpistas, campa a sus anchas. Y luego quieren meter en prisión a los que se acercan al casoplón del payaso comunista tontoelpueblo y pijo de la casta de Galapagar. ¡Manda güevos! Incluso tiene la desfachatez de presentar un recurso de súplica; pero, claro, sin entregarse. ¡La cárcel no está hecha para los delincuentes catalanes!

Estamos viviendo unos días de locura y farsa. Fíjense, nadie en laPepé y en Ciudadanos va a renunciar a nada a cuenta de sus respectivas debacles en las elecciones catalanas. Que si la pandemia, que si la alta abstención, que si los medios partidistas. En fin, que todo son escusas para tratar de justificar la mierdada de votos que han sacado. Los de Vox, de Abascal, han sacado más que los de Casado y Arrimadas juntos. A ver como se digiere eso.

Lo de los Ciudadanos se veía venir, pero no solo en Cataluña, en cualquier parte donde se celebren elecciones. Nadie da un duro por el partido y menos por Arrimadas, que se la lleva la corriente. ¡Pero, lo de laPepé! Eso no tiene nombre. Que se aten bien los machos que se los termina comiendo Abascal. Ahora, eso sí, dice su secretario general, García Egea, que laPepé no va "a cambiar el rumbo y vamos a seguir trabajando en el proyecto en el que creemos y que estamos construyendo". Pues vale, que digan en qué es en lo que creen y en dónde están realizando las obras de construcción, porque todavía no nos hemos enterado. Ya pueden cavar unos buenos cimientos, porque si no el edificio se les puede venir encima.