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jueves, 12 de noviembre de 2020

Sánchez se apoya en ETA para tumbar el régimen

Ni la Gürten de laPepé, ni tan siquiera los ERES de Andalucía con los gobiernos socialistas de Pepote y Griñán han supuesto en montante tanto como lo que el Gobierno socialcomunista de Sánchez nos ha birlado a los españoles desde que obligó al uso de las mascarillas; no sabemos, todavía, si el montante de estos mil millones que nos ha robado supera los desfalcos de la familia-banda-criminal organizada de los catalanes Pujjjol o los enjuagues en los que se encuentra incurso el partido del payaso comunista. Todo se andará. En cualquier caso, y como ya decíamos ayer, nos han choriceado mil y más millones de euros desde el Gobierno. No me digan que esto no es digno de llevar a los tribunales.

Es muy sencilla la acusación: desde abril, o quizá antes, sabía bien el Gobierno socialcomunista que la Unión Europea no iba a sancionar a ningún país por rebajar al máximo el IVA de las mascarillas -incluso algún país permitió su venta al IVA cero- por ser un producto sanitario de primera y urgente necesidad. El Gobierno mantuvo el máximo del IVA, el 21%, con la excusa-mentira de que la Unión nos metería un puro si se rebajaba. Pero, ni puro ni leches: más de mil millones que nos ha robado. Todo un atraco a mano armada. Y en la Fiscalía General del Estado durmiendo la siesta. LaLoles está desaparecida.

Esta banda de gañanes, advenedizos muchos de ellos, iletrados y analfabetos otros -o todo junto a la vez varios de ellos- nos las están metiendo dobladas, y aquí no pasa nada. Bueno, en laPesoé no pasa absolutamente nada, cuando lo normal sería, aunque solo fuera por vergüenza ajena, que los militantes comenzaran a romper carnés y dejaran de pagar la cuota. Pero, oigan, parece como si les fuera muy bien, como si el país fuera bien, como si el Gobierno de coalición socialcomunista lo estuviera haciendo bien. Así son los socialistas.

Para los militantes socialistas, ya digo, vergüenza ajena; para los demás españoles una verdadera desesperación -y humillación a la vez- el ver que los terroristas etarras, los Bilduetarras puedan estar decidiendo e influyendo en el gobierno del país al aceptar su apoyo el  miserable Sánchez en la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. Son estos Presupuestos, como se han dado en llamar los Presupuestos de Sangre. Eso no lo deberían admitir los militantes de laPesoé, y lo están admitiendo, como lo están haciendo, igualmente, los de Ciudadanos. Los de Arrimadas ya han dado su visto bueno en el primer pase de los Presupuestos por el Congreso

Que, a estas alturas, los socialcomunistas se asocien con  los golpistas y los terroristas, aunque anormal, no extraña, pero no por eso es admisible. Sí parece, sin embargo, increíble que Arrimadas vote con los golpistas -cuando Ciudadanos fue un partido que nació para combatirlos- y con los terroristas etarras, asesinos de más de ochocientos compatriotas. Razón tiene el exlider de Ciudadanos, Alberto Rivera, al afirmar que "uno puede ser flexible, pero tiene que tener dignidad". La ciudadana Arrimadas se "cargará" a Ciudadanos, todo porque se le ha subido el cargo en su partido y se ha creído todas las mentiras y promesas de Sánchez. Aun así, resulta inadmisible su acompañamiento con los golpistas y los asesinos etarras.

Todavía no se ha dado cuenta, la pobrecilla, de que los socialcomunistas tienen como finalidad destruir todo lo que se ha conseguido desde el 78 hasta antes de ayer, romper España, en definitiva. Pretenden acabar con la Monarquía y con la democracia. ¡Pero, es que no se ha dado cuenta de ello Arrimadas! No ha visto la chuiquilla que los socialcomunistas pretenden permanecer en el poder como sea, arrasando derechos y libertades, dominando y sometiendo al Poder Judicial y la libertad de expresión. No, parece que no se ha dado cuenta. Si hasta los criminales y asesinos etarras se lo están diciendo a voz en grito: "Vamos a Madrid a tumbar definitivamente el régimen". Eso es lo  que dicen hoy mismo los Bilduetarras, enardecidos por ser los socios preferentes del Gobierno socialcomunista.