Traductor

Buscar en este blog

sábado, 3 de abril de 2021

Energúmenos, haberlos haylos aunque sean de Bilbao

El calificativo de energúmenos es el que utilizaba el alcalde de Bilbao para definir a los convecinos que la armaron por la tarde en la ciudad. Se agolparon en las calles, sin mascarillas, sin distancia de seguridad y sin orden ni concierto. Destrozaron mobiliario urbano, atacaron a los policías autonómicos y estos, a sus vez, la tuvieron que emprender contra ellos, para restablecer el orden en la ciudad. Los vándalos y energúmenos eran aficionados al fútbol. Los hay aficionados a la música, y no la arman. Pero nadie sabe, o nadie lo quiere decir, a qué se debió la actuación incivilizada, salvaje en algunos momentos y similar a los mequetrefes de Barcelona, de muchos ciudadanos de Bilbao.

Ya en la despedida de su equipo para disputar la final de la Copa del Rey, el de esta España nuestra, se mostraron muchos aficionados como verdaderos salvajes, energúmenos que no respetaron la distancia social, ni se cubrieron con mascarillas, en tiempos de repunte del coronavirus. ¡Irresponsables totales, unos verdaderos imbéciles! Ahora que en la despedida del equipo rival, la Real Sociedad, los correspondientes aficionados no se quedaron para atrás. Si imbéciles unos, tanto o más los otros, a los que las autoridades habían pedido prudencia, visto el comportamiento de los primeros. ¡Pero, los unos por los otros, la casa por barrer y los alcaldes desobedecidos!

Total, para qué tanta euforia si ambos equipos viajaban para disputar la final de la Copa del Rey de fútbol. Y no creo yo que estuvieran o estén entusiasmadas ambas aficiones con la figura del jefe del Estado. A ver, siempre que uno de los equipos vascos ha jugado este trofeo, junto con los aficionados del Barcelona, todo han sido pitidos y abucheos para Su Majestad a su llegada al estadio de turno y silbidos y abucheos cuando suena el Himno nacional. Habría sido más comprensible que ambas aficiones formaran tapón ante los autocares de sus respectivos equipos para impedirles el traslado. Es decir que no les dejaran jugar la final. ¡Total era la final de la Copa del Rey! Habría sido comprensible, aunque no algo racional. Pero, bueno así son ellos, aunque, al final, todos sean de Bilbao.

Es que parece que lo irracional se impone, se va de moda. Como los comunistas del payaso comunista, exvicedos, tontoelpueblo, pijo y ridículo de la casta de Galapagar. Que ya vieron cómo se pusieron, y no sin razón, porque alguien lanzó unos cócteles molotov contra su sede de Cartagena. ¡Hombre, no es para menos! Ya el payaso comunista acusaba a los cachorros de Vox, partido al que califica de extrema derecha. Pero, de momento, no ha demostrado nada, como contra Ayuso, a la que quiere meter en la cárcel ¡No deja de ser curioso: de extrema izquierda a extrema derecha y tira porque le toca!

Poco repudiaban el payaso comunista y su partido los atentados contra la sede de Ciudadanos en Navarra; por cierto, sede atacada en varias ocasiones. Ahí el payaso comunista ni tan siquiera detetaba las acciones de los cachorros hijos de los de la ETA, banda terrorista asesina. Claro, los de ETA son sus amigos. Entonces no eran atentados de los terroristas. Se trataba, tan solo, sencillamente, de contraste de pareceres. Lo mismo que harán los votantes madrileños el 4 de mayo, que contrastarán sus pareceres. Ya se verá, ya.