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Ya vemos todos los días demasiadas cosas inverosímiles en este país, como para sorprendernos de los resultados de las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), a lo que se ve, propiedad del socialista Tezanos. LaPesoé sube imparable, laPepé desciende imparable y los comunistas parece que remontan el vuelo. Vamos, que no se ha estrujado nada, pero nada, el cerebro, el dueño del palomar. Tiene Tezanos un mes por delante para preparar los resultados del próximo barómetro, aunque, en realidad, le sobran días para su elaboración. No le hace falta salir de la cocina. Eso que nos ahorramos en entrevistadores a pie de calle.
Bueno, pues los de Vox se mantienen prácticamente tal cual y los Ciudadanos parece que pican para arriba, pero muy lentamente, que la cuesta es muy empinada. Así las cosas, lo que más sorprende de todo es que el socialista del palomar pueda continuar al frente y, sobre todo, que cobre un sueldazo por ello. No hay derecho a que este tipo se embolse nuestra pasta para hacer lo que hace, por inventarse todos los datos del barómetro. Ya es casualidad, oigan, que no coincidan sus resultados con ninguno de los obtenidos por las empresas privadas de consultoría. Pero, claro, alguien tiene que salvar a elPrepotente y hacérselo creer.
Por cierto, elPrepotente, y todo su Gobierno socialcomunista han llegado a un acuerdo con los sindicatos en el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), tal y como pedían sus socios comunistas. La subida, desde el pasado uno de septiembre, es decir con carácter retroactivo. Han pasado olímpicamente de la patronal, de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de Garamendi, que se oponía a ello. Ya veremos, si como dicen los patronos, esto supondrá un fuerte revés para la creación de nuevos puestos de trabajo y un retroceso para la economía nacional. ElPrepotente y los suyos son así: improvisar sin prever las consecuencias. Populismo en crudo.
A ver si es así de valiente elPrepotente como lo ha sido su colega en Italia. En breves no se podrá trabajar en el país alpino ni en la empresa privada ni en la pública si los interesados no presentan el certificado de estar vacunados contra el Covid. Los que no se quieran vacunar tendrán que presentar una pcr todos los días, lo que equivale a que la vacuna es, en definitiva, obligatoria. Hay que frenar al virus. En España ya se ha decidido inocular una tercera dosis de la vacuna a los ancianos de las residencias y a los inmunodeprimidos. Pero de ahí a la obligatoriedad para trabajar, como en Italia, nada. Por tanto, nos tendremos que aguantar y soportar a los negacionistas. Pero, por lo menos, si son tan valientes, como estúpidos, que se señalen a ellos mismos.