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domingo, 14 de marzo de 2021

Ya llovió desde hace un año

Sí, sí, un año del encierro. ¡Qué rápido se ha pasado, para algunos! Pero el día a día ahí queda. Si no era nada, un par de contagiados, un estornudo inoportuno, y se pasaba. Eso decía el impresentable Simón, el que pasó de ser el que nos tranquilizaba sobre lo que no se avecinaba al gracioso de la pandemia y muy rápidamente a elEnterrador. Fuimos muchos los que nos fiábamos de este tipo que salía de la nada, pero que presumía de saber de todo, hasta el punto de enviar, si hacía falta, a su hijo al matadero del 8M, porque aquí ni pasaba ni iba a pasar nada. Si nos descuidamos, vaciamos la Península y islas incluidas. Desde entonces, miles y miles de contagiados y extraoficialmente cien mil fallecidos frente a la cifra oficial de los setenta mil. 

Que se dice, en cualquiera de los casos, en un momento. ¡Cuánto dolor, cuántas lágrimas, cuánto sufrimiento, cuántos dramas por el coronavirus, el que llegaba para no quedarse! Solo uno o dos contagiados. ¡La parió! Y todavía los hay que no respetan ni a la madre que los parió. Organizan fiestas, que no hace ni falta que sean clandestinas, porque les da igual. Todavía no hemos visto entrar en la cárcel a nadie por esa razón, aun siendo algunos de ellos reincidentes. O los hay que se sientan en la terraza del bar como si ese espacio fuera lo sagrado. O los que van fumando por la calle, sin respetar ni nada ni a nadie. O chupando un chupa-chups para quitarse la mascarilla, porque van comiendo. Todos esos indecentes tiene un calificativo, como es el de asesinos en potencia.

Y mientras, las UVI a rebosar y ls plantas de los hospitales también, donde no se pueden atender otras enfermedades a causa de la pandemia. Por todo esto y por más hemos pasado durante un año, a causa de la ineptitud de un Gobierno -socialcomunista- que no hizo caso de las advertencias que llegaban de fuera, de Italia, sin ir más lejos, cuando ya habían tenido que cerrar varias ciudades, entre ellas Milán. Aquí eso no importaba hasta que pasara el 8M. ¡Canallas! Pero, es que después fuimos de mal en peor. Los socialcomunistas se mostraron incapaces de gestionar lo que se nos vino encima, que lo remataron cuando Sánchez anunciaba que él había derrotado la pandemia y había salvado miles de vidas e instaba a que saliéramos y gastáramos lo poco que nos quedaba de ahorros. Después de que Illa y elEnterrador se rieran de las mascarillas. Y de que el payaso comunista abandonara a sus suerte las residencias de los ancianos.

Porque esa es otra, es la rémora que continúa, son los millones de parados con muy poco que llevarse a la boca, ellos y sus familias, y una economía resquebrajada, rota en tiempo de un Estado de Alerta y un toque de Queda que elPrepotente ha aprovechado para gobernar a golpe de decretos-leyes, haciendo lo que le da la gana. Está tratando, junto con su socio de gobierno -el payaso comunista tontoelpueblo y pijo ridículo de la casta de Galapagar-, de destrozar la Monarquía, de romper este país en mil pedazos, apoyando a independentistas vascos, golpistas catalanes y a los terrorista de la banda asesina ETA, humillando a las víctimas.

¡Cuando acabemos con el virus, que parece que va para largo, también a causa de políticos ineptos e inútiles de de dentro y de la Unión Europea, que se están dejando torear por las industrias farmacéuticas, nos vamos a encontrar una realidad todavía más dura! A ver si el próximo cuatro de mayo, las lecciones en la comunidad Madrid -porque va a haber elecciones, pese a los tejesmanejes de Sánchez y sus sicarios- significan de alguna manera el principio del fin de estos que están arruinando el país económica y socialmente. Todo podría suceder.