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martes, 24 de mayo de 2016

Energúmenos

¡Ay, mi Dios, si esto se está convirtiendo en una flagelación constante! Y decían que no cabían más energúmenos. Pues, ya ven, siempre hay alguno más que se cuela y que empuja y empuja, como el conejito de duracel. Pero, si éramos pocos, ya saben. Y nunca mejor dicho, lo de la abuela. Porque laseñáManuela está perdiendo el norte -también nunca mejor dicho-, el suyo y el de Madrid, que nos quedamos sin pisos, sin espacios verdes, sin Metro y, lo que es peor, sin más de cien mil puestos de trabajo, que se dice pronto y bien.