El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, compartió el viernes servilleta y mantel -es un decir, porque seguro que cada uno utilizó la suya; hombre, hasta tanto no llega la austeridad, aunque fueran de papel- con otro presidente -pero, menos, porque este es delincuente-, el de la Generalidad de Cataluña. No crean -chulito él- se hizo de rogar el catalán, que hasta última hora no confirmó la asistencia al almuerzo. Y, eso, porque no siendo que toque volver a pedir "pelas" -que lo hará- y me vaya a costar caro el desaire y, de paso, me ahorro pagarme una comida. Todo sea por hacer honor a la Patria.