¡Frenen estas salvajadas, ya!

Mejor se callaba, y lo dejaba pasar en vez de meter el dedo en la llega y retorcerlo dentro. Este ministro, uno de los más indecentes del Gobierno de España, todavía concluye echándonos la culpa a los demás del asesinato del niño Alex, de nueve años, el de Lardero, La Rioja. Precisamente, recién perpetrado el crimen Marlaska se encontraba haciendo política a cinco kilómetros del lugar. Tan miserable es que no tuvo redaños para acercarse a darle el pésame a los padres y solidarizarse con ellos en el inmenso dolor, y con toda la población. Oigan que el tipo no reconoce ni la más mínima sombra de sospecha de su responsabilidad ni la de sus colaboradores. 

Para él todo lo que se hace y se dice en un manejo político. Para Marlaska el asesino estaba en "libertad condicional, no en tercer grado". ¡Pero se cree o piensa Marlaska que a los padres de Alex les importa un pito que el asesino estuviera en una u otra situación penitenciaria! ¡Estaba libre como el viento! Es más, este señor acusa a todos de generar desconfianza en las instituciones y concluye que "no podemos faltar a la realidad". Es un canalla este magistrado en excedencia. Son él y los suyos los que están fomentando la desconfianza en las instituciones, porque son ellos los que las ocupan. Y aquí realidad solo hay una: un niño de nueve años asesinado, una familia destrozada por el dolor y una sociedad, sí, que desconfía, lógicamente, de quiénes rigen esas instituciones.

Lo que tiene que hacer este ministro es dimitir, y con él todos sus cargos de confianza. Entre todos quieren dejar las cárceles vacías de reclusos, incluidos los asesinos etarras. Sobre estos últimos, los de la comisión europea, que durante tres días han estudiado los más de trescientos asesinatos sin resolver, de autoría de la banda mafiosa-asesina de elGordo -ETA-, han abandonado el país destrozados por tanto mal como se le ha hecho a las víctimas. De eso no dice nada Marlaska -el juez del caso Faisán, del que nunca más se supo-, porque ha sido él quien más las ha humillado con los traslados a las prisiones vascas o de las provincias cercanas y ha permitido los recibimientos de los excarcelados como si fueran héroes. La presidenta de la comisión, una eurodiputada francesa, se ha marchado escandalizada. Esperemos, ahora, el informe final.

Esta gentuza del Gobierno no tiene ni la más mínima vergüenza, educación y sentimiento. Ahí tienen a la ministra de Igualdad, la comunista del casoplón de Galapagar, comentando la brutal agresión sexual de la jovencita de dieciséis años en Igualada. La policía asegura que sufrió una verdadera tortura y que los agresores la dejaron tirada para que se muriera. La madre de la niña escribió una carta a elBandolero Prepotente pidiéndole que ¡frenen estas salvajadas, ya! A la ministra de Igualdad, le da igual, solo le ha faltado expresar en las redes sociales que le ha sucedido esto a esta niña porque "no iba borracha y sola, a casa de noche". Otra sinvergüenza, la ministra excajera de supermercado.