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Día histórico, sin duda, este quince de enero. Viernes negro en España a cuenta de la pandemia del coronavirus, con más de cuarenta mil nuevos contagios y más de un centenar de fallecidos, que sitúan a nuestro país con una Incidencia Acumulada (IA) de 575,10 por cada cien mil habitantes. Hace tan solo un mes, días antes de las Navidades, la IA era de poco más de ciento noventa por cada cien mil habitantes. Es decir que estamos padeciendo las consecuencias de las fiestas navideñas, cuando las comunidades autónomas relajaron las medidas restrictivas y, en consecuencia, todos nos relajamos.
Estamos ya en la tercera ola de la pandemia, y poco hemos aprendido de las otras dos olas. Una conclusión es clara: no se pueden tener diecisiete Navidades diferentes, ni tampoco diecisiete veranos, como tampoco se puede convivir con el virus de diecisiete maneras diferentes. Así nos va. Y el Gobierno socialcomunista como de vacaciones, preocupado tan solo por las elecciones catalanas, en colocar a su ministro de Sanidad, Illa, como candidato a presidente de la Generalidad. El tiro por la culata, porque se han retrasado a mayo. Un Gobierno, el de Sánchez, escondido, sin querer tomar las riendas de la pandemia, como lo obliga la Ley, parapetado tras comunidades autónomas.
Varias comunidades autónomas, que hacen lo que pueden y entienden, han pedido permiso al Gobierno para imponer un confinamiento breve y duro, ante las cifras de escándalo de fallecidos y contagiados que se están produciendo. Pero, Sánchez, Illa y elEnterrador pasan; eso sí, ahí está Simón para abroncarnos a todos los españoles y culpabilizarnos de todos los males. Este hombre no tiene ni ética ni moral; ya nos conformaríamos que tuviera al menos un poquitín de educación.
Hasta tal punto de impotencia han llegado algunas comunidades que han adelantado la hora de entrada del toque de queda a las ocho de la tarde, a lo que se ha opuesto frontalmente el Gobierno socialcomunista. En concreto, Castilla y León, presidida por el popular Mañueco, que gobierna en coalición con Ciudadanos, comenzará a aplicar mañana mismo, sábado, el nuevo horario. Mientras el Gobierno Sánchez le advierte, porque considera que el popular Mañueco incumpliría la Ley. En este enfrentamiento de interpretación de las leyes, los perjudicados lo serán, sin duda alguna, los ciudadanos, que no saben a qué atenerse. ¡Aclárense, por favor! Que no es lo mismo terminar las actividades a las ocho que a las diez. En Francia entra en vigor a las seis de la tarde.
Mientras tanto, entre tanto dolor y padeciendo todavía las consecuencias de la borrasca Filomena en muchos lugares el país, principalmente en Madrid y Castilla-La Mancha, nos llegan los comunistas -a los que no compraba nadie y bajarían el precio del recibo de la luz- a contarnos historietas de anormales, para echarle la culpa del precio que vamos a pagar por la luz al frutero. La culpa, ya lo saben, es del frutero del barrio o el de la esquina o el del mercado de abastos.
Según la secretaria de Estado comunista, una tal Ione Belarra explica lo del recibo de la luz de una manera "sencilla". Es como si van ustedes a hacer la compra de la fruta a la frutería y le cobran todos los productos al precio de la más cara. ¡Y ya está! Así es para esta comunista el recibo de la luz. O sea, que la culpa es del frutero. No se puede ser más anormal ni mas imbécil. Pero, su partido continúa negándose a que se baje el IVA en el recibo de la luz.
Su destacado compañero de partido, el defraudador a Hacienda, que pagaba a su ayudante en dinero negro, justifica el mantenimiento del IVA en el 21%, porque de bajarse disminuirían los ingresos del Estado. ¡Estos son los que parte de su campaña electoral la basaron en rebajar el dichoso recibito! Malos y mentirosos lo son un rato. Y son tan tontos que no siguen los pasos de Francia, Reino Unido y Portugal, que con su IVA están abaratando en ocho euros el recibito. Otra manera más de quedar en evidencia y en un verdadero ridículo.