Al etarra este, Otejjji, ya no le riega. Está de la ira por la detención del asesino Yosu Ternera. A nosotros nos da prácticamente igual que haya sido detenido casualmente o de manera programada. Cada uno es cada cual para poder distinguir si es por la campaña electoral o no. Nos da igual. Lo importante es que ha sido trincado después de diecisiete años en busca y captura. El que lo siente y está disgustado -tonto de atar- es su compañero de banda, Otejjji. Puede que tenga, más bien, miedo de que el asesino pueda hablar y largue más de la cuenta.