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jueves, 26 de noviembre de 2020

Felipe González, chorradas y a lo loco

Ahí está, ni puerta de Alcalá ni leches, el ministro de los Interiores, el que fuera juez cuando el "caso Faisán", Marlaska, brazo político y ejecutor de las órdenes de Sánchez, a su vez, fiel servidor de los caprichos y deseos de la banda asesina ETA. Claro, tocaba la hora de enviar a otros cinco asesinos a cárceles del entorno de las provincias vascongadas y de Navarra. En menos que canta un gallo ya no tendremos que hablar de los traslados y dispersiones de presos etarras, porque ya estarán todos acercados, los de con delitos de sangre y los que no. Los falsos arrepentidos -que todo vale para lograr el acercamiento- y los que no, que, además, ni piden perdón ni colaboran con la Justicia.

Es vergonzoso lo de este Gobierno socialcomunista. ¡Vomitivo! ¡Cómo estarán los familiares de los asesinados! Tuvieron que soportar el dolor de la muerte de los seres queridos y ahora es el Gobierno de España el que los zahiere sin rubor, dejando prácticamente a las puertas de la libertad a los que mataron a sus familiares a bombazos, cuando no con un tiro traicionero, vil y cobarde en la nuca. ¡Si esto es justo, si a esto hay derecho que venga Dios y lo vea! 

La militancia socialista no ve nada. ¡Avergonzada tenía que estar! Entre esos cinco asesinos que Marlaska traslada y acerca a las provincias vascas se encuentra José Javier Arizcurren Ruiz, de nombre de batalla Kantauri. Pocos le ganan en la banda terrorista a sanguinario. Su condena lo es por los asesinatos de más de una quincena de policías y militares. Este angelito, al que Sánchez ha premiado con el acercamiento a su casa, ordenó el asesinato frustrado contra el Rey emérito, ordenó el secuestro de Ortega Lara, ordenó el asesinato de Fernando Múgica y fue el autor del atentado con coche-bomba en Madrid, en el que resultaron heridas Irene Villa y su madre. Todo un carrerón el de este asesino etarra, premiado, ya digo, con la subida de un peldaño para la libertad; en breves, el Tercer Grado y a pasear por las calles.

No se entiende las actuaciones del Gobierno socialcomunista para con los asesinos etarras ni para con los golpistas catalanes. Sánchez, por aprobar los PGE -que son las siglas que pretende que sean las únicas que nos interesen- pacta hasta con el diablo, porque diablos son el payaso comunista -que le está imponiendo hasta el retraso de los desahucios-, los golpistas catalanes, los de laPeneUve y los Bilduetarras. ¡Menuda tropa! Si ya no hace falta que le exijan algo para apoyar los Presupuestos; ahora, va él y se lo regala. Así lo ha descubierto ABC. Los nacionalistas independistas no le exigieron la entrega del Cuartel de Lozoya, en San Sebastián, sino que fue Sánchez, de motu proprio, quien se lo ha regalado, y eso vale una pasta, que hemos pagado todos. ¡Manda güevos! Menos mal, para ella, la lideresa de Ciudadanos se ha convencido -o más bien la han apartado los socialcomunistas- de que no tiene futuro a la sombra de laPesoé.

Este hombre, Sánchez, ha llegado ya a un punto, que ni Maradona. Ahora, el Dios es él, un dios con una tesis doctoral plagiada. Pretende hundir la comunidad madrileña, por sus cataplines; se va a conciertos llevando a su familia y amigos en el Falcon, veranea en Doñana con familiares e hijos amigos de sus hijas. Para no informar de cómo se gasta nuestro dinero, declara secreto de Estado todas esas acciones. De la Página de Transparencia ni se acuerda, pero sí está buscando la manera de ver cómo puede acallar a medios de comunicación y periodistas, que tampoco son muchos los que no le siguen la corriente. A todo eso, súmenle lo de más arriba. ¡Terror romanorum!

Pero, tampoco hagan mucho caso a las declaraciones del expresidente socialista Felipe González advirtiendo -no sé de qué- que a él no lo manda callar nadie. ¡Joer, si casi ya hace aniversario desde que la "portavoza" socialista, Adriana Lastra, les dijo a los viejos del partido que cremallera en boca! Ya ven lo que ha corrido González para replicarle. Si hubiera anunciado su baja en el partido y pedido a los militantes que lo imitaran, acaso; pero, para decir eso mejor se calla. Es más, si hasta le está echando una mano a Sánchez con una cortina de humo. Lo mejor, no hacer caso, porque así es la "familia" socialista: todo puro teatro.