Que
Venezuela es un país en crisis permanente
no es nada nuevo. Pero que en Venezuela
haya aumentado, como consecuencia de ello, en más de un ciento por ciento, el
índice de mortalidad entre los neonatos, los recién nacidos, es un hecho que
resulta, cuando menos, espeluznante. Cerca de cinco mil bebés fallecieron tan
sólo el año pasado. Y la situación política del régimen populista de Nicolás Maduro, está provocando,
además, el desabastecimiento, prácticamente, de casi todo: alimentos, objetos
de primera necesidad y, ahora, de las medicinas, lo que está llevando la
desesperación a los venezolanos, que se ven obligados a vivir entre la
impotencia y la resignación.