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martes, 12 de octubre de 2021

No quieren al trilero

ElBandido Prepotente ha vuelto a hacer de trilero. Se saltó a la torera todo el protocolo y horario para acudir al desfile de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil y Policía Nacional con motivo de la Fiesta Nacional. Bien sabía él lo que le esperaba a su llegada: pitos, abucheos, petición de dimisión y de fuera fuera. Llegó más de quince minutos tarde de la hora prevista, con el fin de coincidir con la llegada del Rey y solapar así los aplausos a éste con la monumental pitada que le esperaba a él. Así y todo, y pese a provocar la confusión del público presente, la bronca de los asistentes resultó ser atronadora. Pero, tanto al comienzo del desfile como al final. No querían a Sánchez.

Los pitidos, los silbidos y los gritos contrarios a la persona elBandelero Prepotente y miembros de su Gobierno se está convirtiendo en algo de lo más normal. ¡Que se lo digan a Sánchez, después de lo de hoy, y a su ministro de los Interiores, Marlaska, que ha decidido no volver a participar en ningún acto público si hay presentes personas ajenas al mismo! El magistrado en excedencia -el del caso Faisán, del que nunca más se supo- ya se ha llevado más de un mal trago. Lo que está claro es que el Gobierno es cada día menos querido, incluso por los militantes de laPesoé, que ven impotentes cómo los comunistas socios en el Ejecutivo imponen sus ideas sin que Sánchez los ponga en su sitio, o con el total consentimiento de éste, más a favor de los comunistas que de los de su propio partido, el socialista.

Por lo demás, el desfile salió curioso, pese a la polémica que se planteó tras el paso de los aviones que dejaron al viento la abandera de España. Uno de los chorros salió más morado, donde los que lo desean vieron un guiño a la bandera republicana. Nada más lejos de ello, ya que se debió a la fuerza de expulsión, lo que puede suceder, como explicaron los expertos. Sin embargo, lo que sí resultó una realidad verdadera fue la no asistencia de los presidentes autonómicos de los catalanes y de los vascos. Como siempre, despreciables. Como despreciable resultó la no asistencia al Palacio Real de los ministros Castell -el inútil- y Garzón -el vago-, ambos dos comunistas. El hecho en sí no es preocupante, lo que sí queda en evidencia es su falta de respeto y, sobre todo, de educación. De todas formas, de donde no hay, no se puede sacar. 

Donde también se celebró el día de la Fiesta Nacional fue en Cataluña. Gran asistencia de manifestantes que valientemente desafiaron a los violentos independentistas catalanes. Banderas españolas y cientos de personas se dieron cita en las calles de Barcelona, a donde también acudieron militantes de laPepé y de Vox. Los de Ciudadanos se lo montaron la fiesta en solitario. Así les va.

Recordaba la manifestación a la del millón de personas después del intento del Golpe de Estado. Y se recordaba también las palabras del socialista Borrell, que mando vergonzosamente callar a los manifestantes cuando pedían la prisión para elPuchi. Ahora, desde su puesto en la Unión como responsable de Exteriores no ha hecho nada para que esa prisión fuera una realidad. Así son los de laPesoé: unos resguardan a los golpistas, para que el otro los indulte.