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viernes, 25 de diciembre de 2020

Figurones, enfermos mentales, golpistas y terroristas

Sí, señor. Y por la noche habló el Rey, Felipe VI. Y dijo que "los principios éticos nos obligan a todos por encima de cuestiones familiares". Y punto. Y todos nos dimos por enterados de que era su mensaje de Navidad a su papá, el rey emérito, Juan Carlos I. Y le supo a poco al payaso comunista. Pero, bien que le dolió cuando Cayetana Álvarez de Toledo le espetó en el Congreso al cabezón que él era hijo de quien era, y por eso el payaso la amenazó con que su señor padre la llevaría a los tribunales y la socialista presidenta del Congreso, laMaricheli, ordenó borrar de las actas del Congreso las palabras de Cayetana, de las que, por supuesto, ni se arrepiente; es más, quiere que figuren en acta.

¡Qué más podía decir el Rey actual, jefe del Estado, de su señor padre, que ni tan siquiera está imputado en proceso judicial alguno! Pues eso, que donde las dan las toman, que si antaño Juan Carlos I nos comunicaba en sus discurso navideños que todos somos iguales ante la ley, él, mejor que nadie, ya lo sabe. Si algún día tiene que responder a la llamada de los tribunales, lo más probable es que no tenga inconveniente. De momento, lo que sí que queda más que claro es que el cabezón payaso comunista es hijo de su padre. ¡Báilenlo!

Para que luego vengan los terroristas -socios del Gobierno socialcomunista y amigos entrañables del cabezón- a decir que a los españoles nos preocupa más la corrupción -primero, hay que demostrarlo- de don Juan Carlos que los muertos por el Covid. ¡Manda güevos con esta gentuza! Las cosas tienen que ser así porque a ellos así les parecen. Son realmente despreciables. A los españoles nos preocupan y nos duelen, y mucho, las víctimas por el Covid, y por supuesto los fallecidos. Nos preocupan, sí, muertos y víctimas, y las víctimas y los asesinados por la banda mafiosa y criminal etarra. Más de ochocientos compatriotas asesinados por ETA y por lo que sus sucesores, los bilduetarras, todavía no han dicho ni tan siquiera que lo sienten. Eso nos preocupa. Lo del rey emérito, bien tranquilos estamos, porque si algo hay que solventar se hará a través de los Tribunales.

Así que ya ven. En tan solo un discurso, con una sola intervención, el Rey de España, Felipe VI, se hizo todavía más Rey, el de todos los españoles. Aunque algunos no lo quieran se lo tendrán que comer con patatas en otra mesa, porque en la de los demás no hay dudas. Solo los que son como ellos se plantearon una republiqueta de mierda. Los demás, cenamos en Navidad con la congoja del coronavirus, brindando y deseando unas próximas Navidades normales en 2021. Con menos paro y menos incertidumbre. Y salud.

Eso sí, satisfechos de que el Rey Felipe VI hubiera puesto en su lugar a cada uno. Empezando por el Gobierno socialcomunista, y también y en concreto a su presidente, el socialista Sánchez. El Rey no aceptó su imposición de anunciar la creación de una Ley de la Corona. Por más que quiera, Sánchez continúa siendo más bajo que el Rey. Los ataques a Su Majestad por parte de los comunistas y de los terroristas y de los golpistas catalanes deben resbalarle al Rey, como nos resbalan a todos los españoles que solo deseamos salud, paz y progreso. Para esos miserables ahí están las cloacas, que vomiten en ellas sin molestar, o mejor que se bañen en ellas.

Pero, ojito, todo dentro de la Ley, de la Constitución, que no habla pero expresa mucho. Y para eso está, para cumplirla. Lo demás, chorradas de figurones, enfermos mentales, terroristas y delincuentes.