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jueves, 13 de mayo de 2021

El payaso comunista espió al CNI

Vaya, hombre, otra sorpresita más para elPrepotente, proveniente en esta ocasión del Tribunal Constitucional. Así de sencillo, el presidente del gobierno social comunista se saltó la Ley, porque le salió de los cataplines, mientras nos mantenía confinados, para que el payaso comunista -el entonces su vicepresidente segundo- pudiera formar parte de la Comisión parlamentaria del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Pero, el salto ilegal, a través de un decreto ley, también afectaba a su asesor personal, el omnímodo Iván Redondo. A los dos colocó elPrepotente en la Inteligencia española, es decir, en las entrañas del servicio secreto nacional.

Desde allí, el payaso comunista -que sigue siendo un payaso comunista, que el hábito no hace al monje- y admirador del asesino Stalin, controlaba lo que se movía en la Inteligencia y cómo se movía la Inteligencia nacional. Camino fácil y sencillo, abierto a informar a sus amigotes de Rusia, Irán y Venezuela, nacionalistas, golpistas y etarras. ¡Como para fiarse! Tenía Sánchez un agente doble en su Gobierno, pero a sabiendas de que lo tenía. Ahora el máximo tribunal tumba el decreto de Sánchez y no pasa nada; además, el payaso comunista ya no forma parte del Gobierno.

Al parecer, el poder estar presente en el CNI fue una de las condiciones innegables que el de la casta de Galapagar impuso a Sánchez para formar el gobierno socialcomunista. Y a fe que lo logró. Es muy dado este tipejo a los manejos turbios. Ahí está, por ejemplo, el caso Dina -que le puede costar hasta tres años de prisión- además de las ocurridos para la financiación ilegal de campañas, como el caso Neurona. Pero, no para ahí el bicho. Desde el propio partido ha formado un equipo de investigación, para saber de los haceres y aconteceres de miembros del partido. A lo Villarejo. Incluso, ese equipo de investigación analizó, antes de que saltara el escándalo, la tesis doctoral de Pedro Sánchez. Así que ya se pueden suponer de dónde partió el chivatazo a los medios de comunicación.

Es más, todavía quedan por investigar las agresiones contra los de VOX y la policía en el madrileño barrio de Vallecas durante la campaña del 4M. El ministro de los Interiores, Marlaska, continúa negándose a ello, cuando todas las evidencias -que son las investigaciones policiales- aseguran que dos de los atacantes e incitadores de todos los incidentes fueron dos miembros de la escolta del payaso comunista. Demostrado está también, por sucesivas investigaciones sobre los actos y movimientos del de Galapagar, que tiene un grupo de escoltas ilegales, además de los legales que le pone Marlaska. 

Pero, prima el servicio particular, integrado, entre otros, por uno de los dirigentes de los ultras del Rayo -un tal Pirrakas-, un exboxeador y un abogado de etarras. Menuda tropa, que no cumple los requisitos legales para ejercer de guardaespaldas. O sea que el payaso comunista se rodea de verdaderos matones para preservar su seguridad personal. Marlaska pasa de investigar tal anormalidad, que evidencia una total ilegalidad.

Tampoco nos podemos extrañar de que Marlaska renuncie a ello. El ministro de los Interiores, el del caso Faisán, no deja de ser uno de los miembros del Ejecutivo más denostado. Sus actuaciones lo está elevando al grado de traidor. Principalmente, en lo que se refiere a su actuación para con los presos de la banda terrorista y asesina ETA, a los que, poco a poco y en contra de la Juntas de las propias cárceles donde cumplían condena, ha ido acercando a las prisiones de las provincias vascas. Los independentistas de laPeneUve, en connivencia con el etarra elGordo Otejjji, los irán poniendo en libertad en el momento en que vaya siendo efectivo el control de las prisiones.

Otro de los etarras que faltaba por arrimar era el secuestrador de Ortega Lara, al que mantuvo más de quinientos días bajo tierra. El etarra ni se ha arrepentido, ni ha pedido perdón, ni ha hecho nada de lo que tenía que hacer para obtener tal beneficio. Es más, el criminal etarra asegura y reasugura que la banda terrorista no ha sido vencida. Y no le falta razón.