Como en casi todo, siempre hay un antes y un después. En el “Caso Zapata”, el antes fue todo lo que
hubo hasta ayer; a partir de ayer, ha llegado el después. El hecho de que la
fiscalía de la Audiencia Nacional
haya pedido al juez Santiago Pedraz que
se llame a declarar (ya tiene fecha para el 7 de julio, San Fermín) como imputado a Guillermo
Zapata, concejal de Pueden en el
ayuntamiento de Madrid, por sus
tuites ofensivos contra las víctimas del terrorismo. La “broma” le puede costar
al concejal entre uno y dos años de prisión. Bien es cierto que falta por ver
si el juez acepta la propuesta de la fiscalía. En cualquier caso, el aviso está
ahí, y, como se dice, estén atentos los navegantes, que con estas cosas no se
juega. Es el después.