Con lo poquito que lleva como inquilino de La Moncloa, vaya, vaya el historial que
está acumulando elPresiSánchez.
Tanto que parece que el Estado se le
antoja demasiado grande. Argumentan sus allegados y defensores que no se le
está concediendo ni los cien días de cortesía; pero, es que, en realidad,
tampoco se los ha ganado, porque su forma de haber alcanzado el poder –legal, nadie lo duda-
tampoco ha sido muy cortés que digamos, más bien ilegítima. Pero ahí está, con
la su Begoñita, ocupando espacio en el
complejo “monclovita”, que ella está dispuesta a redecorar a toda costa.