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jueves, 1 de abril de 2021

A título de gilipollas

Lo importante es que pague la multa y que se sepa que, en realidad, se le impuso y que la pagó. Me refiero a la que la comunidad valenciana le ha impuesto a Marcelo, el jugador del Real Madrid. Ciertamente la cantidad de 2700 euros no le va a hacer mella en la fortuna del jugador. ¡Así y todo, que se joda! Se saltó el cierre perimetral impuesto a causa del virus y, encima -para chulo él- se hizo fotografiar con su familia y sin mascarilla, para presumir en las redes sociales. Pues, aunque barata jaca le sale, es el hecho lo importante, que lo han multado por saltarse el perímetro, por no llevar la mascarilla, como digo, y sobre todo, por ser un verdadero gilipollas. No estaría de más que el portugués pidiera perdón, lo de mostrar arrepentimiento lo veo más difícil.

En relación con la pandemia, por una vez, y que se tenga como ejemplo a seguir, por fin, se ha conseguido vacunar en un solo día a más de trescientas mil personas. ¡Ya era hora! y de ahí en adelante todos los días. ¡Más quisiéramos! Que si hace falta, mañana, tarde y noche. Y exigir a la Unión Europea que cumpla con los compromisos y, si no, a comprar vacunas, a donde sea y al precio que sea. No nos podemos permitir ni un muerto más, como se produjeron en los tiempos del confinamiento, principalmente, en las residencias de nuestros mayores, de las que estaba encargado el entonces vicedos del gobierno, el payaso comunista, que no visitó ni una sola residencia. Ya le llegará su hora: ya tiene una querella por ello, en cuanto ha dejado de estar aforado. ¡Si hay Justicia, se hará!

Estos socialcomunistas son muy valientes, cuando están protegidos por sus cargos. Ahí lo tienen, al ministro Marlaska, que, como Marcelo, para chulo él. Le han presentado los de Abascal una querella por prevaricación por el cese del coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos, al que tendrá que restituir en su cargo. Y son varios los ministros del Gobierno que están de acuerdo en que debería dimitir, tras la metedura de pata, tras su prevaricación. Están convencidos de que no se va a marchar, porque es un soberbio integral. 

No hace falta que lo juren. Marlaska ya ha demostrado que es un soberbio y un sinvergüenza. Solo hay que seguir su actuación para con los acercamientos de los asesinos etarras y su desprecio hacia las víctimas. Está dándole el ministro por el gusto a los asesinos para jorobar a las víctimas y contentar a los de HBildu, de elGordo y pistolero Otejjji y al desalmado independentista Urcuyu, para quien los niños asesinados en atentados solo son víctimas colaterales. ¡Colaterales, de qué!

Parece mentira, pero es verdad. El ministro Marlaska, que fue antes juez que ministro, llevaba el caso Faisán, donde se produjo un chivatazo que evitó detener a los que llevaban y administraban los dineros de la banda terrorista ETA. No logró Marlaska, como juez, desentrañar la maraña en la que y cómo se pudo producir el chivatazo. Es más, dio la impresión de que tampoco le importaba mucho.