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Más que eufórico, se diría, más bien, que el payaso comunista está "pasao" de rosca y de pista. Como afirma el exabogado purgado, Calvente, para el payaso comunista la vida es como la serie televisiva Juego de Tronos, y él va y, como en el mariachi, sigue creyéndose el rey. Ya ven la altura mental de este individuo, se cree rey, porque ha visto una serie de televisión, cuando tan solo es hijo de su padre -al que se refirió la exportavoza pepera Cayetana, en un pleno de Congreso- y un vulgar chiquilicuatre que ha accedido al poder gracias a otro atrofiado mental. Con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se afianza en ser rey, cuando predica que quiere la república.
Pues, eso, que continúa en sus trece -y ahora más afianzado- en permitirse otorgar y quitar carnés de demócratas. Así que ya lo saben los de laPepé, y Casado por excelencia, que no son demócratas, que quedan excluidos de la democracia, porque no saben negociar con golpistas y terroristas. Él, sí. Él es de los que llama a éstos patriotas y valientes -a los golpistas y etarras-, con los que se las da muy feliz, porque lo de los PGE constituye el principio de algo a lo que no le ve fin.
El payaso comunista, como los sanchistas, los golpistas, los etarras y los independentistas vascos de laPeneUve persiguen la creación de una república. No se sabe muy bien si de varias repúblicas independientes dentro de un espacio como es parte de la Península Ibérica -se excluye, de momento, Portugal- o varias repúblicas dentro de una república, más grande. En definitiva, que el payaso comunista y todos esos otros juntos caminan juntos por la senda contraria a la de la Constitución y paralela a la del absurdo.
Sánchez ya ni cuenta, porque ha quedado desconfigurado y se le perderá de vista, a no ser que se reinicie. El payaso comunista lo ha eclipsado y ha sido éste el que se ha anexionado la amistad de los demás socios Frankenstein. Juntos le van a exigir a Sánchez más por menos, a consecuencia del encarcelamiento de los golpistas por parte del Supremo, lo que los independentistas han calificado como una "venganza". No se dan cuenta los muy miserables de que lo único que se está haciendo es Justicia. La situación anterior de los presos era una verdadera tropelía: han cometido un delito, han sido juzgados y condenados, han de cumplir la sentencia que los mandaba a prisión. Y por mucho tiempo.
Son los golpistas unos delincuentes, aunque cuando cometieran los delitos de sedición y malversación de fondos públicos ejercieran como políticos. Fueron unos miserables aprovechándose de su posición política. Ahora son unos delincuentes, unos verdaderos chorizos, que han de cumplir una sentencia. Lo que de aquí en adelante pueda hacer Sánchez concediéndoles un indulto ya solo depende de él y de que los chorizos manifiesten su arrepentimiento, lo que no harán porque en la misma sala del juicio declararon que lo "volveremos a hacer". En cualquier caso si Sánchez les concede el indulto no dejaría de ser un acto de alta traición a España, aunque no fuera considerado un delito, ni juzgado por ello.
Y está arremetiendo ahora el payaso comunista contra los exmilitares que han firmado un manifiesto contra el Gobierno socialcomunista. ¡Qué miedo! Un ruido de sables, fuera de las salas de banderas, con bastones por armas y personajes llenos de achaques. Si el hecho es delictivo, que se les juzgue. ¡Claro, hombre! Pero, más miedo dan esos podemitas que en los parlamentos apuntan como si tuvieran pistola en mano a otros diputados de bandos contrarios, o como el diputado podemita canario que ha amenazado con cortarle la cabeza a un diputado de Coalición Canaria.