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Si tremendamente decepcionado se mostraba el serbio tenista -hasta ahora número uno del mundo- con la decisión del tribunal australiano de expulsarlo del país, tremendamente satisfechos nos encontramos los demás por esa expulsión. No podía ser de otra manera. Los australianos de a pie ganaron este partido. Han soportado uno de los confinamientos más largos y duros del planeta y unas restricciones increíbles, hasta el punto de no poder regresar a su país ciudadanos a los que el covid cogió fuera. Como para que ahora venga el serbio este a chulearlos, no solo a los australianos, sino al mundo entero, excepto a sus partidarios, que afortunadamente, solo son el culo del mundo. La imbecilidad -que no es de ahora- de este hombre le puede costar muy caro. Puede que le prohíban entrar en Australia durante tres años, por mentiroso, y puede que tampoco participe en los trofeos de tenis de Gran Bretaña y de los Estados Unidos y que sus patrocinadores dejen de hacerlo, el patrocinarlo. Allá él, ya es mayorcito, como su papá, que es más tonto que el que asó la manteca. Como deportista y como persona, cero zapatero para el serbio, que de tenis sabrá mucho, pero de la vida muy poco.
Pero, el caso Yocovit no ha terminado, o no debe terminar al menos en lo que respecta a España. Una de sus mentiras fue declarar que los catorce días antes de llegar a Australia no había estado en ningún otro país que no fuera el suyo. Había estado, como ha quedado demostrado, en España, en Marbella, sin estar vacunado y sin ponerse en momento alguno la mascarilla, que, de momento y mientras elBandido Prepotente no mande lo contrario, es obligatorio ponérsela en la calle. Pero, además, aquí lo que hay que explicar es cómo entró en nuestro país este individuo y por dónde. Coñe, que muchos para poder entrar en España desde otro país hemos tenido que demostrar en el aeropuerto de partida estar vacunados, al menos con dos dosis, y presentar una declaración en la T4, aun siendo españoles. El Gobierno tiene que aclararnos cómo el serbio entró en España, porque no se nos puede ir de rositas, como entró y se fue la viceministra venezolana, Delcy Rodríguez, amiga del alma del exministro de Transportes, Ábalos, destituido por elBandido como ministro y secretario de Organización de laPesoé. A ver si elBandido demuestra y muestra algo de Transparencia. Queremos saber.
Pues que se vayan enterando los maltratadores de animales, que después de la estupidez del ministro cenutrio comunista con la carne, elBandido Prepotente prepara ahora un endurecimiento de las penas contra los maltratadores de animales. Lo que pretende elBandido es que los delitos vayan por vía penal, ¡Casi nada! De momento, nada que objetar hasta que no se conozca el desarrollo de la ley. De paso, podría preocuparse elPrepotente por endurecer el régimen de los asesinos etarras o al menos velar para que cumplan sus condenas. Porque estos también se van a ir de rositas sin arrepentirse, sin pedir perdón y sin colaborar con la Justicia; además, con recibimientos de héroes, humillando a las víctimas. O mostrar un mínimo de sensibilidad por los niños, y sus familias, que quieren aprender castellano-español en Cataluña y solo reciben acosos por parte de los golpistas catalanes.