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jueves, 7 de enero de 2021

Insurgentes, terroristas domésticos

"No fue desorden, no fue una protesta. No les llamemos manifestantes. Eran una turba de alborotadores, insurgentes, terroristas domésticos". Eso ha dicho el futuro presidente de los Estados Unidos de quienes asaltaron el Capitolio. El instigador de todo ello, que ha costado la vida a cuatro personas, sin duda, el actual presidente, Tram. Que lo dice Biden, que no lo digo yo. A mí lo único que me recuerda este inaudito episodio -aparte del 23F- en la mayor democracia del mundo, es el intento de "rodear el Congreso" español por parte de los comunistas del payaso ViceUno y su manifiesta emoción cuando veía a un policía apaleado por los manifestantes.

Es que cochina gracia hace que estos comunistas se admiren por la toma del Capitolio cuando el rojerío rodeaba el Congreso de los Diputados español para evitar la elección de Rajoy como presidente del Gobierno de España. El payaso comunista y cabezón, que respaldaba esta acción, aseguraba que "es saludable que los ciudadanos ejerzan sus derechos". Para la su actual pareja de Galapagar, la excajera ministra de Igualdad, la movida esa "para nosotros es motivo de orgullo, porque implica que la democracia funciona". Biden, desde el otro lado del Atlántico, los ha retratado. Así es la vida. Donde las dan las toman. Y en boca cerrada no entran moscas.

Coñe, si es que están más protegidos los de Galapagar que los congresistas del Capitolio. Los asaltantes entraron en la Casa Sagrada de los estadounidenses con facilidad pasmosa. Mientras que comer algo en las inmediaciones del casoplón, lucir la bandera de España o poner el ¡Viva España! de Manolo Escobar puede costar a más de uno penas de prisión. El cabezón y la cajera tienen miedo. Así se lo han manifestado al juez. Cuando ellos zurraban "jarabe democrático" a los demás, era solo eso, jarabe; lo que se hace con ellos es acoso y derribo. Y, fíjense, su casoplón está protegido por agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, a los que le encantaba al cabezón ver en el suelo y pisoteados. ¡Las vueltas que da la vida!

También recuerda todo lo del Capitolio a los golpistas catalanes y a sus violentos acólitos seguidores. Y al neandertal expresidente de la Generalidad, que los animaba a ejercer la violencia: ¡apretad, apretad! Andan ahora a ver si destituyen a Tram, por estar algo locuelo y pasado de rosca. Aquí no se pudo destituir al xenófobo presidente hasta que se demostró que había desobedecido a la Junta Electoral Central. Por eso, visto lo visto y tanto que decreta el Gobierno socialcomunista, no estaría de más una ley similar a la de los Estados Unidos para cargarse a un político, con mando en plaza, del que se demuestre que está mal de la chola. El neandertal habría sido depuesto hace muchos meses.

Y todo esto se produce cuando en nuestro país se superan los dos millones de compatriotas contagiados por el virus; del número de muertos se cree que superan los ochenta mil, pese a que el Gobierno oculta más de treinta mil. Como diría el absurdo de elEnterrador Simón, la diferencia está en que se habrá producido un gran accidente. Ya lo ven, hace apenas una semana afirmaba elEnterrador que la curva se estabilizaba, precisamente cuando el repunte de contagios es más que procupante, gravísimo. No da una el tío, y acaso vaya para ministro o para candidato a la alcaldía de Madrid por laPesoé.

Mientras tanto, las vacunaciones van más lentas que el caballo del malo y continuamos sin saber qué es lo que sigue una vez concluya la primera fase de inoculación. ¡Dios sabe cuándo! La improvisación sigue siendo la bandera de los socialcomunistas, que vuelven a mostrar su ineficacia en el manejo de la pandemia. Eso sí, el ministrillo de Sanidad, Illa, se ha ido a Cataluña para pregonar que en unos diez días tendremos la vacuna de Moderna. Para el caso, como sigamos así, lo mismo nos da. Como si tenemos dieciocho vacunas. Eso le da igual al ministro, lo que ahora le interesa es salir en los medios porque es el candidato de laPesoé a la Generalidad catalana. Y lo primero es lo primero. Lo demás, se la suda. Pero, sería interesante que nos dijera si él ya ha sido vacunado o no. No, por nada, por saber.