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lunes, 12 de febrero de 2018

Un paleto en el Mont Blanc


Conviene aclarar, por un por si acaso, que el Mont Blanc es el Mont Blanc, y sólo hay uno. Lo demás son sucedáneos, que quisieran ser lo que no son y nunca podrán lograr ser. El Montblanc tarraconense –cambia mucho la manera de escribirlo, y a partir de ahí se marca la diferencia- es un pueblo que está porque en esta España nuestra tiene que haber de todo, pero sus carnavales ni son famosos –aunque hoy se hable de ellos- ni tienen gracia los que participan. No son andaluces, y sus chirigotas las realizan con mala leche o, mejor dicho, desde el odio. Estos no saben jugar.