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lunes, 13 de abril de 2020

Las interpretaciones de Ábalos o la mentira permanente

Lo mejor que podría hacer esta buena señora, madre de tres criaturas, es tratar de curarse y dejarse en paz de historias. Pero, ya ven, parece que no. La dueña de las llaves del casoplón de Galapagar no se aguanta y tiene que soltar los exabruptos como sea y donde sea. Verán, el pasado domingo concedió una entrevista a un medio argentino, y recalco lo de concedió, porque ella es magnánima. Vamos, que en su vida se ha visto en otra: en un ministerio y concediendo entrevistas. ¡Quién se lo iba a decir a ella! De cajera de supermercado -a mucha honra, y seguro que lo hacía muy bien- a ministra de Igualdad. Este cargo, por cierto, que le concedió el amigo de su compañero el comunista, le cae grande, de verdad. Que reconozca sus limitaciones. Lo malo es que esta gente, que llega como llega a los cargos, luego se lo creen.