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martes, 16 de febrero de 2021

Cambiamos de sede y cambiamos de nombre

Pues miren, no. Ni con debacle ni sin debacle, en ninguno de los dos partido de la hecatombe se ha cortado, de momento, cabeza alguna. De momento, la de los Ciudadanos, Arrimadas, se ha limitado a reconocer que se han pegado un batacazo, pero nada más. Ni nada menos. De treinta y seis representantes en el Parlamento catalán se han quedado con menos de diez. Pero no pasa nada. De ser los ganadores con mucho en las anteriores elecciones -humillando a los independentistas- a quedar los penúltimos por delante de laPepé solo va un trecho, lo que hay de ganar a no ser nada. 

Se pensó Arrimadas que ya lo tenía todo hecho y se fue para Madrid. Esa fue su segunda equivocación; la primera, renunciar a presentarse a la elección a presidenta de la Generalidad, cuando tenía todo el derecho a ello por ser el partido más votado entonces. Los catalanes constitucionalistas españoles no le han perdonado que los dejara allí, solos y poco menos que abandonados a su suerte para hacer las américas en la política nacional, en la capital del reino. Le han devuelto la traición. Ahora que no se queje de que el partido vaya a la deriva, muy escorado.

Otro que también se equivocó fue el de laPepé, Casado. Anda muy desnortado este hombre, mientras los asesores estaban tomando cañas desde hacía mucho tiempo. Bien es cierto que en las catalanas ha tenido en contra los delincuentes chorizos golpistas haciendo campaña, a las encuestas mentirosas y manipuladas de Tezanos y, fíjense, sobre todo, a los medios de comunicación catalanes, prácticamente golpistas en su totalidad. Pero, todo ello era previsible, como lo era el que en la televisión pública, la Uno, le censuraran esas palabras donde justificaba las causas del resultado electoral en Cataluña

Pero, ya digo, todo ello era previsible. Los asesores del presidente pepero no supieron preverlo; es más, enviaron a Casado a una entrevista en la RAC1, más golpistas que los propios chorizos golpistas. Le hicieron la entrevista en Catalán y, encima, él dijo verdaderas barbaridades, hasta el punto de que él mismo parecía en algunos momentos un independentista. ¡Cómo coño pensaba que iban a votar al candidato de laPepé los constitucionalistas catalanes! Sencillamente, se quedaron en casa.

Que están desnortados en laPepé es más que evidente. El resultado electoral en Cataluña, donde además han perdido un escaño de los cuatro que tenían, los ha descerebrado. Ahora se les ocurre que tienen que abandonar la sede de Génova 13, en Madrid. La causa, porque "no debemos seguir en un edificio cuya reforma se esta investigando". Pero, también porque por medio hay un pelotazo de setenta millones de euros. ¡Menudo sitio en Madrid! Y a la vez se quitan el número 13. Porque no se enteró a tiempo el payaso comunista tontoelpueblo y pijo de Galapagar, si no menudo casoplón con piscina en el tejado.

Lo que le falta a laPepé, y no lo descarten, que aquí puede pasar de todo, es cambiar de nombre. Lo mismo hicieron los corruptos delincuentes de Convergencia y Unió, acaudillados en un principio por el chorizo Pujjjol, que robaba a España -o a todo el que se le pusiera por delante- y por el indecente Arturo Mas. Ahora se llaman Juntos por Cataluña y lo lidera un delincuente, el huido a Waterlóo. Y aquí no pasó nada. Para olvidarnos de laPepé cambiamos el nombre y aquí no ha pasado nada tampoco. Tiempo al tiempo, si acaso.

Pero, mientras, en medio de toda esta marabunta, ha saltado a la actualidad la imputación de uno de los fundadores del partido del payaso comunista y presidente de la fundación de ese partido. Ni más ni menos que el iletrado Monedero, el que se trajo de Venezuela medio millón de euros por no hacer nada. Hoy lo que le puede costar un disgusto es el cobro de una factura falsa por valor de poco más de veinticinco mil euros. ¡La avaricia rompe el saco, paisano! Y ya veremos cómo se desarrolla la investigación y hasta dónde llegamos con el "caso Neurona". 

Otro chorizo, que ya está en prisión es el autodenominado rapero Hasél, que ni siquiera ese es su nombre. La policía se lo llevó del rectorado de la Universidad de Lérida, donde se había encerrado con sus seguidores, unos cuantos, que recibieron a los agentes con extintores y les lanzaron mobiliario de la sede del rectorado. TVE1, la manipuladora televisión pública, informaba de que el rapero estaba condenado a nueve meses de prisión por enaltecimiento de terrorismo y ofensas a la Monarquía y a las Fuerzas de Seguridad. En realidad está condenado a tres años de prisión por otros delitos y está en espera de sentencia por otros dos más. ¡Menudo currículo! Ahora habría que sumarle los de asalto al rectorado y la destrucción de enseres, junto a los que estaban acompañándolo.